No escribir.
No escribir.
No escribir.
No hacerlo sin ganas, sin tiempo, sin pulso. Mejor no hacerlo, nadie lo pide, no es una exigencia.
Y dejar de lamentarte por lo contrario. Tu tiempo (el tuyo) es de los niños, de tu mujer y del mar, que acude cada tanto.
lunes, enero 11, 2016
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