El miércoles el patio del recreo era todavía un remolino feo de tanto como sopló la noche antes, pero ya comenzó el mar a ordenarse y a decirnos aguarda que ahora viene. Y sí que vino grande el jueves, perfecto y sin viento, lisito como un cuaderno nuevo para después romper muy abierto y muy lejos de la orilla, ah, hermosa mañana en la que todos trabajaban y yo no. Aunque ya bajó un tanto, hoy también caía bien bonito, sobre todo al mediodía cuando no dejaba de llover, por eso no tengo fotos de esa arquitectura.
En cambio me queda alguna mancha de Praia do Forte, donde los niños atravesaban descalzos el coral para deslizarse sobre la plataforma.
5 comentarios:
Emoción para los sedentarios.
Superhéroe de goma, nos haces sentir las heroicidades. Hazlas; o invéntatelas, que a mí me da los mismo.
Brad estaría orgulloso de ti.
Lo bueno es que no tengo que inventarlas, las tengo tan a mano, y nada de heroico, somos niños pequeños en cambio, nos retorcemos y damos saltos de alegría y a veces hasta nos desollamos las rodillas y luego viene mami con la mercromina.
¿... transparente?!
Besooo!!!
¿Alguien ahí?
¿Alguien dónde?
Cuando quiera ver mar , es bueno saber que has vuelto.
talueguín
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