Lanzamos el periódico al aire, revoloteando por encima de nuestras tostadas por si tuviéramos la buena fortuna de que un rayo olímpico lo atravesara en el vuelo y lo desintegrara. Pero mientras gira hacia el abismo una hoja se desloma de las demás y se columpia en ese movimiento crujiente que hacen las hojas de couché y cae sobre nuestras narices y aunque nos apresuramos a taparnos los ojos no podemos evitar leer Armani baby en una flamante página de publicidad, y entonces ya no hay remedio, ya el puto País atrasado nos ha arruinado el domingo y ella siente mareos y un asco pegajoso en el paladar y en las ingles, y yo cada vez con más convicción comienzo a darme cuenta de que no es cierto eso de que cualquier ética es un incordio dictatorial y que el relativismo es otro ismo y que tampoco es cierto que la única manera amable de vivir es hacerlo sin moral ninguna clase, es decir, desmoralizado, amando a quien te ama, siendo atento con tus amigos, surfeando sin gritar ni ulular ni saltarle la ola a nadie, sabiendo que nada es crucial, que nada importa demasiado.
Falso de principio a fin.
Tan falso, tanto, como el PijoPaís mismo: "Los primeros cuidados de belleza comienzan en la infancia. Es bueno enseñarle a los más pequeños a cuidar su imagen" (sic y snif y agh).
2 comentarios:
Ahora entiendo por qué, si lo compro el domingo (porque me lo pide Lola) hace años que ni lo abro.
(es bueno enseñarles a los más mayores a cuidar el cerebro que les queda)
otra vez puaj
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