Apunté estas cosas para el blog de Lengua de Trapo. Creo que ahora es el momento de que aparezcan por aquí.
"Rosas, restos de alas son cien páginas de viaje, memoria y brecha.
Cien escritas en el filo, pensando en no terminar ninguna, casi convencido de que nadie, quiero decir,
NADIE
iba a leer ni siquiera hasta la nueve.
Luego vinieron otras páginas y otros personajes, metido en los zapatos de un optimista con viento a favor. Se escribe mejor, mucho mejor y más caliente cuando sabes que habrá un lector al final del proceso. Así fue Nada es crucial, con dudas e inseguridades pero sin la misma desolación que en Rosas. Cobijo.
No hay que ser llorica cuando se escribe, ya. Hace unos días tuve la suerte de sentarme junto al Quince por Quince Rafael Reig, que decía algo así como “si vas a escribir sobre la novia que te dejó, mejor no escribas.”
De acuerdo.
Muy de acuerdo.
Pero resuelta que mi pobrecita Rosas cuenta la historia de un tipo al que le deja la novia y a partir de ahí no le encaja la camisa y decide
meter todas sus cosas en el coche,
dejar el trabajo,
cruzar una frontera próxima,
surfear el Atlántico bravo,
leer a Goytisolo.
Reig, perdóname, tú narras como nadie y enlazas y arremetes y zumbas al Enemigo, me hiciste reír y cabrear en la justa medida con tu Todo está perdonado, tan oración atributiva y maximalista que encaja en el reverso de Nada es crucial; perdóname, pero yo también escribo sobre uno al que lo dejó la novia, fíjate qué simpleza. Como tengo algo de sofista, se me ocurre una linda teoría acerca del valor existencial de ese testimonio, el malestar –ejem- de la cultura y la espiral del malentendido según el antipsiquiatra Ronald Laing, blablá.
Pero no. No justifico. Fundamentalmente, Rosas es un desamor.
No es novela social.
No es novela de codo ni reflexión.
Es palabra y mucha lírica, sí.
Lírica y tono.
Y también surf.
Surf espiritual.
Y a lo mejor resulta que sí es novela social porque vuelven los descampados, los ochenta severos en incluso los filis, que son como neocristianos en boceto.
Hay adolescentes, hay bronca, hay escapismo.
No quiero ser grandilocuente, pero lo cierto es que escribí Rosas, restos de alas casi convencido de que no escribiría nada más. Y escribí por decantación, además, en papel secante que absorbiera y miniaturizara una novela fallida anterior y muchas ideas y proyectos huérfanos. Después sucedió que acudieron los lectores, mágicamente. Y todo lo demás.
Y a partir de ese momento ya no importaba si surf o novias reticentes o chavales perdidos. Rosas ya no me pertenecía, fluía como las izquierdas en el Cabo de San Vicente, lentas y ordenadas como líneas de tipógrafo, rompiendo palmo a palmo sobre el arrecife.
Ahora Lengua de Trapo la reedita, y yo le lavo la cara, enderezo algún estropicio y relleno lo que le falta con otros cuentos y experimentos. Va. "
domingo, mayo 15, 2011
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8 comentarios:
Con cuentos, oh, ahora tendré que comprármelo de nuevo...
O sea, lo que dice Diva Calva. No teníamos bastante con Fresán, que cada 10 años saca de sus libros una edición nueva, revisada y ampliada. También tenemos a Pablo Gutiérrez, que deja la herida en cicatriz y años después quita la costra y a ver qué pasa.
Pues nada, a releer la primera versión, comprar la segunda y leerla.
Va a resultar que es verdad lo de que la Literatura es el cuento de nunca acabar.
Ah, gracias, gracias amigos. Sin eso, qué quedaría.
Yo he vuelto a comprarlo, ¡quiero tanto a esta novela tuya!
Qué bien, R. Tu entusiasmo reconforta cuando el cuaderno se queda en blanco.
P
Hola, estoy leyendo Nada es crucial, y me he puesto a buscar tu blog, y oh sorpresa! lo encontré! sólo quiero decirte, que me gusta un trillón de veces más, la portada de La Fábrica, que la de Lengua de Trapo (que es ay tan dulce). Por lo demás, voy a ver si consigo la edición en La Fábrica, para leerla. Me está gustando mucho Nada es crucial, la leo con gafas de sol, para no deslumbrarme con la luz de tus geniales metáforas.
Un abrazo Pablo. Tus libros serán humildemente recomendados en CdL de Málaga.
Lo tendrás difícil para encontrar la de La Fábrica. La cubierta y la edición eran hermosas, pero la reedición está mucho más limpia, sin erratas.
Gracias por la recomendación. Así se mueven las cosas.
P
Hola Pablo. Me encantó tu novela "Rosas, restos de alas", tanto que decidí escribir sobre ella mi trabajo de tesis de especialización. Sé que tendrás mucho que hacer (y que tienes muchos fans, por cierto), pero me encantaría poder hablar contigo de algunos asuntos. Dejo aquí mi correo electrónico: letizia.bertoli@gmail.com
Saludos,
Letizia
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