Uno de enero. Mediodía. La cortina de espuma hacía imposible la remontada. Los pocos que se atrevían a entrar eran escupidos a la orilla de un manotazo. No es fácil ver el Palmar así de grande. En el aparcamiento, una chica vomitaba la cena de fin de año como diciéndome "ni lo intentes".
Y tenía razón. Pobre de mí, a punto de ser engullido por ¿dos? metros de dolorosa nieve. Ay. Cuatro rompientes de izquierda a derecha: las Cortinas, Castillejos, La Laja y Caños. Al fondo, el cabo de Trafalgar. Es insólito tanto tamaño y potencia en el sur.
Aun así, por la tarde también hubo tiempo para un poco de surf suave y espiritual.
3 comentarios:
K GRAN DIA! ESPERO K ESTE AÑO SIGA ASI, DISFRUTAREMOS CADA DIA, AVANZAREMOS HASTA DONDE NOS DEJEN LA OLAS!
PARA ESTE AÑO KEDA PENDIENTE REALIZAR MEJORES FOTOS Y ALGO DE CAMARA, YA SABES!!!!!
¿Es demasiado tarde para darte las gracias por lo de Fonollosa? No lo conocía, pero gracias a ti hice Rum-rum, rumbo a otro océano.
¿Gracias a mí? ültimamente mi cuaderno se ha ido llenando de apellidos y títulos que desconocía, gracias al cielo (de Berlín).
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