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Es todo tan infantil, y por eso nada permanece; que se escape, fluya, desaparezca lo que sobra,
"poseer una casa y poca hacienda
y memoria ninguna. No leer,
no sufrir, no escribir, no pagar cuentas...",
sabiendo que hay versos así de precisos que dirán lo que a ti te falta, lo que tú no sabes decir,
si bien en nada estás de acuerdo y en cambio tú escribirás y leerás e incluso pagarás -casi siempre a tiempo- todas tus cuentas abiertas, aunque olvides la cartera en cualquier parte como si fueras un viejito tonto, es un milagro, te dicen, que no te hayas arruinado aún y tú contestas que en realidad sí que vives como un noble arruinado (pero no, no digas eso, que ya vuelven a mirarte con esos ojos, no puedes decir eso y pensar que ellos te sonreirán y luego no pasa nada, no pasa nada, con esa voz).
2 comentarios:
Es un misterio (aunque imaginado y supuesto) quiénes son ellos que te miran raro (aquí y en otras veces).
No leer, no leer.
(¿Cómo no te voy a leer?)
Ay, el azul.
Niños, sí, volver.
Aquí y otras veces son muchos, no creas. Pero y si no lo hicieran y yo pensara entonces que... todo eso.
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