La próxima semana, el 25N, se hablará en los telediarios y en los institutos de la violencia machista, si acaso la llovizna electoral lo permite. Ya nos llegaron las directrices, encuestas, papelería, etc. Soy fiel a la causa, desarrollaré cada cosa que me propongan sin mostrar incredulidad, yo también considero que no sólo sirvo para separar oraciones en sintagmas, ni un punto de relativismo me permitiré, ni un gramo (esta vez) de desconfianza hacia la institución, mis alumnos creerán lo que yo diga.
Pero no me atreveré a copiar esto que ahora leo en La feria de los discretos, de Baroja (su prosa tan cerda):
"-Y usted... ¿ha matado alguna novia? -preguntó la señora muerta de curiosidad.
-¡Yo! -y Quintín vaciló como quien no quiere confesarlo-. Yo no.
-Ah, sí, sí -exclamó la francesa-. Usted ha matado a alguna novia. En la cara se lo conozco a usted.
-Amiga mía -dijo su marido-, no insistas; los españoles son demasiado hidalgos para contar ciertas cosas."
Y menos aún proyectaré este vídeo humillante que en su tiempo, 91, tanto reconfortaría a los agresores, cuando no existían terminaciones nerviosas que irrigaran el asunto. Para mí 91 es ayer, y todo el mundo (casi) lo veía y se reía, la cena de Navidad sobre la mesa, mazapanes y huevo hilado.
miércoles, noviembre 16, 2011
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1 comentario:
Unas cosas han cambiado a mejor y otras a peor. Pero las cosas no han cambiado tanto, el machismo subyace bajo mil formas, a veces maldisfrazado de amor.
Saludos
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