"Es de noche. Se platica
al fondo de una botica:
—Yo no sé,
don José, cómo son los liberales
tan perros, tan inmorales.
—¡Oh, tranquilícese usted!
Pasados los carnavales
vendrán los conservadores,
buenos administradores
de su casa.
Todo llega y todo pasa.
Nada eterno:
ni gobierno que perdure,
ni mal que cien años dure.
—Tras estos tiempos, vendrán
otros tiempos y otros y otros,
y lo mismo que nosotros,
otros se jorobarán. A
sí es la vida, don Juan.
—Es verdad, así es la vida.
—La cebada está crecida.
—Con estas lluvias..."
Antonio Machado
jueves, febrero 23, 2012
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2 comentarios:
Hace poco mi profesora de Civilización y Cultura en lengua A1 (estudio primero de Traducción e Interpretación en la UCM) nos sugirió leer «Rosas, restos de alas». Hubo algo en el nombre que me llamó enormemente la atención y, cuando decidí comprarlo y comencé a leerlo no me decepcionó en absoluto: lirismo, fantasmas de Rimbaud, reflejos (¿lejanos?) del monólogo interno de Joyce y, dejando atrás las mierdas comparativas, un estilo fresco, personal y muy, muy gratificante de leer. «¡Vaya! Por fin», pensé, como si hubiera dado con lo que llevaba siglos buscando.
Evidentemente las palabras de un crío de 18 años no le van a aportar demasiado más a todo lo bueno que se ha dicho de esta novela, pero despertó en mí un interés tan grande que sentí la necesidad de encontrar la manera de contactar con usted. Al fin lo he hecho y, para colmo de alegrías, resulta ser un blog (que, por cierto, desde ahora mismo sigo).
Sólo quiero darle las gracias por ese soplo de aire fresco que supone su literatura en estos días y animarle a que se pase por mi propio blog ( http://lostiemposdelverbo.wordpress.com/ )en el que escribo mis tonterías. Si tiene algún comentario o crítica que hacerme, por favor, hágala, se lo agradeceré muchísimo.
Sin más le agradezco de antemano su tiempo y me dispongo a leer algunas entradas más de este blog.
Por favor, no deje de escribir nunca.
J.
Mientras todo pasa, ¿a qué tabla nos agarramos? a la que sea, a la que sea, siempre que no haya que figurar en ninguna parte... tiempo de volverse fantasmas.
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