lunes, enero 24, 2011

Sinde, Álex, felicidades.
Aunque sea por bastardías, lo conseguisteis.
Suspiramos de alivio los que en una alcancía con forma de cerdito guardamos nuestros derechos de autor a recaudo de los internautas.
Soy un tipo sin criterio alguno, hoy mismo pensaba que Olmos me había convencido de todo lo contrario, su sintética argumentación me vence.
Exacto, sin criterio.
Es decir, al ritmo de los tiempos.
Sinde, Álex, qué alivio, ¿eh?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Disiente, disidente.

Habría que decirle a Olmos que me costó más de 6 meses conseguir que la biblioteca de Sevilla me trajera (no sé, ¿en carro?) desde la biblioteca de Cádiz un libro, un libro de relatos de Amy Hempel. Sí, no es tan rara la pobre Hempel, no. Los libros del resto de la lista que llevaba (más de nueve) no estaban disponibles. Libros de Ken Follet los que quisiera, sí.
De esos 9 títulos restantes de mi lista, encontré 3 de segunda mano en Iberlibro. El resto, 'por ahí', en pdf. Uno de ellos, no, uno perdido para siempre. Puede que aún esté en la biblioteca de Savater padre... o puede que no.

Es como si me dices que veo telebasura porque quiero, no perdón, porque la gente (¡?) quiere. Cuando la opción perfecta es ver online una buena serie americana al horario que más te conviene. Ah, no, que eso es robar. Ups. Mejor tragarse lo que tenga que decir Belén Esteban, que es lo que todo el mundo tiene pensado que haga la gente (la mayoría).

En fin, es luchar contra un muro. Siempre ganan los poderosos. Para el pueblo, pan y circo... siempre que paguen por ello, claro.

Que los empresarios (editoriales, webs) pagan mal y poco a los autores, pues sí, pero la guerra no es contra la gente que consume cultura, es contra quien no valora a los autores, ¿contra quien vamos?

Pared.

Un abrazo Pablo.
Sonsoles