jueves, febrero 23, 2012

"Es de noche. Se platica
al fondo de una botica:
—Yo no sé,
don José, cómo son los liberales
tan perros, tan inmorales.
—¡Oh, tranquilícese usted!
Pasados los carnavales
vendrán los conservadores,
buenos administradores
de su casa.
Todo llega y todo pasa.
Nada eterno:
ni gobierno que perdure,
ni mal que cien años dure.
—Tras estos tiempos, vendrán
otros tiempos y otros y otros,
y lo mismo que nosotros,
otros se jorobarán. A
sí es la vida, don Juan.
—Es verdad, así es la vida.
—La cebada está crecida.
—Con estas lluvias..."

Antonio Machado

lunes, febrero 20, 2012

guardias zurran niños en la puerta de un instituto
-no son niños, sino macarras muy crecidos
-hasta cuándo la infancia
-es una categoría demasiado amplia y burocrática
-menor de edad no es igual a niño
-follan, pelean, tiras piedras: no son niños
-los niños juegan a lego y a playmobil
-y no hay legos alborotadores ni terroristas urbanos
-pero sí hay legos policías
-playmobil policía
-geiperman policía
-comanci policía
-airganboy policía
-y además, en valencia, que está tan lejos
-y tan politizada
-sí, muy politizada
-todo muy politizado
-no es una muestra representativa
-un niño puede ser mil veces más agresivo
-mil veces necesitaría una tunda a lo largo del día
-los niños aprenden resistiendo
-los niños aprenden retando y recibiendo
-los niños se exhiben delante de las niñas
-las niñas absorben el viejo rol masc. sing., y repiten
-les hicieron un favor, los guardias
-les dieron la gloria ciber
-les dieron una historia que contar
-les dieron épica
-hazañas bélicas
-cuánto rédito obtendrán en su pequeñas vidas de esforzados libertarios
-cuando una bronca empieza, hay que acabarla
-los broncas no se diluyen ni se dispersan
-se extinguen
-no son guardias, son extintores
en la puerta de un instituto hay guardias que originan la epopeya de unos niños
canta oh musa, la cólera

martes, febrero 07, 2012

Recojo a Elena de la guardería, llego tarde -siempre-, a ella no le importa, bate palmas, nos besamos, salimos a la calle, corremos al coche, arrancamos, vemos sobre la tapa de un contenedor
un yonqui
sobre el yonqui
un sombrero de cowboy
sobre el sombrero
una iguana gigantesca.
No me invento nada, me falta imaginación para eso, Elena observa desde la ventana con ojos redondos, yo esquivo un bordillo, imagino a un escritor naturalista que echa el freno de mano, hurga en la guantera buscando un bolígrafo para escribir en el reverso del manual del conductor, yo no soy un escritor naturalista, yo guardo esa imagen como jpg pero prometo no utilizarla jamás porque resultaría tan falsa y tan hipérbole, se derraman muchas conjeturas acerca ficción-novela-realidad-etc., pero resultaría tan aburrido y evidente ponerlas por escrito, llegamos a casa, Elena ya lo ha olvidado y quiere jugar con la casa de campo de los clics, su mundo funciona con miniaturas, el mío también,
sobre el contenedor
un yonqui
sobre el yonqui
un sombrero de cowboy
sobre el sombrero
una iguana

jueves, febrero 02, 2012




Acudo a la entrega del Biblioteca Breve de Seix Barral. Gana Javier Calvo. En la presentación Gimferrer habla de violadores, asesinos, silla eléctrica y transición española. Lúcido, además. A Bonald el micrófono le quema, Bonald es el mejor constructor del idioma que nos queda; los libros de Bonald, catedrales. Calvo cuenta bien lo suyo, habla de terroristas y mentiras oficiales, apetece. Después, un salón de bodas con arcos de catedral, en las bóvedas deberían grafitear versos de Bonald para entretenernos, un párrafo de Ágata ojo de gato, el primero de Toda la noche oyeron. Falta la novia, la buscan, se habrá fugado con el chico de la cafetería, en el baño se besan como adolescentes mientras los demás, como avestruces, levantamos mucho la barbilla para rastrear al resto de invitados. Nadie me conoce a mí, yo comienzo a conocer a algunos. Me siento en una mesa con periodistas. Regresión. No les cae bien Javier Calvo, pero guardan respeto, todos saben que la novia no saldrá del baño pero no dicen nada. Yo escucho, ellos hablan. Son curiosos, opinan, dicen ERE muchas veces, están muertos de miedo. Qué leer cierra, Público cierra, Ser te dice -15%, El País ídem, a El Cultural le extirpan un pulmón. Calendario de publicaciones, próximo Cervantes a Bonald o muerte, muchas veces las palabras honestidad y coherencia; en el fondo hay discurso moral, el relativismo sirve para la prosperidad, le va bien a los buenos tiempos; pero cuando arrecia se recupera la ética como un escudo, cada cual trata de protegerse y formar un nido. Se desprecia el cinismo. El cinismo dejó de ser divertido después de 2008. El de Olmos, el de Houellebecq, dejó de serlo, la cosa es demasiado seria y de esparto como para engalanarse con cinismo. En el segundo plato Houellebecq queda proclamado notario mayor de la postmodernidad, qué tío, qué olfato. Me pregunto (pero no lo digo) de qué postmodernidad hablan. En la calle Borregueros, adonde da la trasera de mi casa, ninguna de las impresiones de H tiene sentido. Es como Flaubert frente a Dickens. O a Balzac. El olfato con el que Flaubert observaba la realidad siempre estaba contaminado de perfume. Balzac huele a patatas guisadas. Dickens a óxido. H huele al sudor del sexo en grupo, que es un sudor tan distinto porque está contaminado del gel lubricante y del plástico de los dilatadores.
En clase toca Simbolismo y Crisis de Fin de Siglo. Me cuesta hacerles entender cualquier cosa del XIX. Crisis suena a XXI. Debería vestirme con chalina para que entraran en ese mundo. O fumar opio; no, eso les parecería también muy XXI. Las criaturas XXI son tan distintas de nosotros, los que siempre seremos XX. Pongo un fragmento de Vidas al límite. Es una mala película que arruina un buen tema, Rimbaud y Verlaine. DiCaprio es Rimbaud, ejem. Hace todas las cosas de Rimbaud: dispara, se bate en duelo, se emborracha, penetra a Verlaine. Es el folk de Rimbaud. Pero luego, en un instante apenas, le hacen decir a DiCaprio una de esas frases que sirven para cortar la secuencia y ponerla de promo, algo así como “sólo importa escribir, el resto es mierda, publicar y hablar de literatura: mierda; escribir sólo.” No es exactamente así, pero algo parecido.
Si proyectaran esa secuencia en el salón de bodas, todos se sonrojarían ante tanta ingenuidad, habría mil teorías, todos se reirían, todos se burlarían. A mí, siendo tan ingenuo como soy, me parece sublime. Porque muy XX, creo. De cuando los cuadernos. Y no consigo quitarme eso.