jueves, octubre 20, 2011

condición humana
pánico
matadero número cinco
desprovisto de literatura
aquí

martes, octubre 18, 2011

Este viernes 21,
en casa,
en concreto en la Casa Colón de Huelva,
a las 20h,
sigue el tour Lecu-Magui.
Es cosa del Salón Iberoamericano del Libro, que dirige Uberto Stabile, uno de los tipos más inquietos e hiperactivos que conozco. Bien por él.

martes, octubre 11, 2011

lunes, octubre 10, 2011


Leo el artículo de Benjamín Prado sobre el caso Fdez. Mallo contra Herederos de Borges. Muy documentado, muy exhaustivo en el recuento de ejemplos de usurpación y espejismos literarios, no conozco a la mayoría de nombres propios que colecciona detrás de la siguiente tesis: nada nuevo, siempre pasó.
Prado evita ¡viva Fdez. Mallo!, ¡abajo la Kodama! También evita una defensa vacía de la libertad de expresión y etcétera. Lo hace bien Prado, entiendo que pretende llegar al mismo sitio que todos nosotros, es decir: abominar de Kodama y apretar las filas junto a Mallo, porque eso es lo justo y lo debido, imprimamos camisetas que digan Agustín, estamos contigo.
Kodama nos irrita con su feminidad de Eva, igual que otras figuras ya lo hicieron: María Asunción Mateo, Yoko Ono, ejem Marina Castaño. Ellas representan la traición, el pecado original de arrebatarle al Genio (masculino, claro) su identidad. Prado no quiere pringarse de una crema demasiado sexista para la perfección moral de El País, así que nos distrae con analogías y trucos. Pero de fondo está la manzana.
Resulta obvio decir que Fdez. Mallo no vulnera ni ensucia la obra de Borges, convertida en canon por profesores universitarios, rebajada por nuevos escritores que se divierten diciendo “algo que todos piensan tan bueno es en realidad muy malo”.
Leí el Remake con interés y aplicación de buen estudiante, Mallo se atreve a tantas cosas. Prometo que lo leí con buena voluntad y casi sin ningún prejuicio (igual que fui a ver el Borges+Goya de Rodrigo García). Me pareció aburrido, sin gracia. En cierto sentido me pareció antiliterario -desarrollar esta idea me costaría mucho.
Pero mi pequeño juicio no tiene ninguna importancia.
Lo importante es el fraude de quien considera que el texto (cualquier texto, cualquier calidad y valor del texto) pertenece a su autor; quien no entiende que los derechos de propiedad son una estupidez.
Cada cosa que escribo se cuaja sobre otro texto, y aquél en otro anterior; la semiótica (palabra de los noventa) nos lo enseñó antes de internet y el hipervínculo.
Siguiendo la doctrina de los herederos, cada frase debería discutirse en un juzgado de primera instancia para discernir quién es el dueño del primer monema que pronuncio al despertar.

jueves, octubre 06, 2011

Por si le interesa a alguien, allá va un relato de angustias, miserias y recortes escolares en una comunidad NO gobernada por Esperanza Aguirre:


- El año pasado, 22 alumnos por grupo; este año, 33.

- En uno de ellos, el mío: un autista, un asperger, un extrañísimo caso de microcefalia, siete alumnos de diversificación curricular, una alumna de diecisiete años con un niño de dos, etcétera. Todos sin salir del aula, apenas cuatro horas de clase de apoyo a la semana. El resto de tiempo, la normalidad.

- Banda ancha de un mega para un centro con ochocientos alumnos. Presupuesto para ampliar las conexiones: cero. Conclusión: decenas de ordenadores sin uso, ninguna posibilidad de ponerlos en funcionamiento.

- Una circular de la Junta (no es broma) PROHÍBE mandar libros de lectura obligatorios, ya que se entiende que la situación económica no les permitiría a los padres comprarlos, y entonces se produciría una discriminación entre alumnos con distinto poder adquisitivo. Presupuesto para subsanar ese desnivel: cero.

- Ética. Soy profesor de Lengua y Literatura. Pero doy Ética.
Ética.
Ética.
Ética.
Ni siquiera menciono las dudas morales que me provoca.
Libro de texto que me asignan para desarrollar ese vacío: uno de J.A. Marina, editorial SM:
J.A. Marina.
J.A. Marina.
J.A. Marina el Simple, el Acumulador de Lugares Comunes, inquietante tipo convertido en el Filósofo de la sociedad, con toda la prez y la púrpura de los medios. Escuchas hablar a Marina y es imposible estar en desacuerdo con él, porque no dice nada.
Editorial SM = Fundación Luis Vives = Iglesia Católica, ultrafinanciada no sólo a través de su red de centros concertados (dinero común, ideología y propaganda propias) sino también a través de sus potentes grupos editoriales. Ejemplo, Edelvives. Ejemplo, Vicens-Vives.
Vicens-Vives edita las mejores adaptaciones de los clásicos, trato de huir de ellos y no sé cómo. Enfrente de mi casa, el colegio concertado que llamaban las Pastoras o algo así (pastoras, esclavas, qué sinceridad léxica) ha sido tomado este año por los neocatecumenales.
En serio, trato de huir y no encuentro cómo ni hacia dónde.

martes, octubre 04, 2011

Soy un lector cruel, perezoso e inconstante. Dejo a medias (y menos) la mayoría de los libros que leo, también los que acabarían gustándome e incluso los que disfrutaría leyendo con malicia sabiendo que no.
Compro muchos, no visito las bibliotecas porque no cumpliría los plazos de entrega, nadie me envía ninguno a casa (obsequios, nada de eso), casi nadie me regala ninguno, durante un tiempo escribí reseñas y era fabuloso recibir aquellos sobres acolchados, como si los libros pudieran romperse –no hay metáfora, sobres acolchados.
Se me daba bien (creo) escribir reseñas, pero dejé de hacerlo porque la crítica literaria me parece una estupidez. No es rencor, a mí me trataron mejor de lo que merecía. Es culpa del juicio. Disfruto del comentario, la relación y el análisis; me carga y deprime el juicio, todo termina en juicio igual que las bobadas de Holden Caulfield terminaban en adoro o no soporto.
Ampliando mis contradicciones, leo abundante (demasiada) crítica literaria aunque sólo sea para confirmar lo de arriba, y siento que todo gira alrededor de una especie de pasillo universitario donde los estudiantes canonizan y vilipendian cualquier cosa para demostrar su arrojo, su virilidad.
Yo también fui así, yo también fui universitario insoportable y dije muchas veces que esto era genial y aquello una puta mierda.
Juicios.
Me gusta Los justos de Camus.
Camus es genial. Sartre, una puta mierda.
En general, elijo muy mal mis lecturas. Muy, muy mal salvo Baroja.
En general, apenas hay dos/tres autores de los que recortaría fotografías, y esos dos/tres salen antes en el Muy Interesante que en el Qué leer.
También me pasa, supongo, que soy un clásico y un antiguo, sí.
En estos días dejo a medias a Pron, a Ford, a Foster Wallace/Kurt Cobain, a Fernández Mallo (pobre, justo en estos días), miro a Houllebecq con la obligación de intentarlo y el temor de detenerme en la página treinta, sé que el libro de Olmos está a punto y me compadezco de mí. No soporto las novelas que tienen como protagonista a un escritor (Bolaño, ¡Bolaño!) por motivos que me costaría explicar. Adoro las novelas que se olvidan de la literatura como mundo-oficio-carrera y no se dirigen a lectores que desearían ser escritores.
La peor de las tramas: un joven escritor que [y aquí añadir cualquier cosa].
No es culpa de ninguno, Bolaño, Pron, seguro.
Seguro: algún día dejaré de escribir, no ahora, espero que no pronto, pero sucederá.
Tal vez algún día también deje de leer.
Y en cierto modo eso me entristece, y también me produce un alivio anticipado. Ancho alivio.
Cuánto tiempo para recoger las hojas secas, fabricar compos, encalar la pared, preparar clases formidables, recortar las yemas de la parra (que está enferma y no sé si tiene remedio), no hacer nada.