miércoles, agosto 19, 2009

Lo peor

Lo malo no es contemplar a un perro atropellado
junto a la cinta gris de la autopista
que se incorpora todavía vivo y anhelante
sobre sus patas delanteras
y luego con vergüenza apercibirte
que la visión te devuelve la imagen de un niño bombardeado.

Lo malo lo peor
es creer que tu cerebro
funciona de igual modo que una computadora
y urdir muy hondas especulaciones
sobre el hombre considerado
como un animal cibernético
sin pararte a pensar
que es el ordenador el que está hecho
rudimentariamente
a tu imagen y semejanza.

José Agustín Goytisolo

miércoles, julio 29, 2009

Leyendo esto de Isaac Rosa recuerdo los versos de Celaya,

"Todas las mañanas, cuando leo el periódico
me asomo a mi agujero pequeñito.
Fuera suena el mundo, sus números, su prisa,
sus furias que dan a una su zumba y su lamento.
Y escucho. No lo entiendo.
Los hombres amarillos, los negros o los blancos,
la Bolsa, las escuadras, los partidos, la guerra:
largas filas de hombres cayendo de uno en uno.
Los cuentos. No lo entiendo.
Levantan sus banderas, sus sonrisas, sus dientes,
sus tanques, su avaricia, sus cálculos, sus vientres
y una belleza ofrece su sexo a la violencia.
Lo veo. No lo creo.
Yo tengo mi agujero oscuro y calentito.
Si miro hacia lo alto, veo un poco de cielo.
Puedo dormir, comer, soñar con Dios, rascarme.
El resto no lo entiendo."

Yo tampoco entiendo nada, la estupefacción es superior al dolor de tripa, todo es tan feo y hostil, todo lo que circunda a esta playa pequeñita, agujero en el mundo, sumidero donde se pierde esa tunda terrible. Sí, ya sé, me pasa lo mismo que a todos. No hay donde poner el ojo sin que sangre. A oscuras, mejor, y a tientas.
Y luego en cambio ocurren cosas extrañas: en el interior de Clea algo se produce de un modo suave y perfecto, un chico de dieciséis decide en 2009 comenzar a escribir a máquina, porque encuentra que el carro de tinta tiene más víscera que el blanco documento de Word, y le salen experimentos pasmantes como éste:


Como dice el de arriba, Sr. Director del Consejo de Administración, váyase usted a un carajo medianamente hermoso, le concedo lo de hermoso. Mientras, nosotros, los demás, seguiremos jodidos pero felices en el tránsito de buscar las cosas que nos hacen olvidarnos de usted.

domingo, julio 05, 2009

Antecedentes: Clea y yo leemos Público porque detestamos El País (los motivos se explicaron muchas veces en este blog), porque Rafael Reig nos hace reír y porque, en ocasiones, regalan libros de Miguel Hernández, y eso nos parece un gesto tan tierno que no podemos resistirnos. También porque se atreven a dejar que, hablando del rey, alguien diga "hay españoles que son simplemente imbéciles; yo no tengo cultura de vasallaje y no admito humillarme ante un señor que no ha sido elegido democráticamente. " Busquen algo parecido en otro lado. Es triste, pero no lo encontrarán. Encontrarán mucho acerca de la elegancia de Letizia, en cambio, pero ese es un asunto que también gasté en otras ocasiones.
Recupero el hilo. Dentro de las cosas que buscábamos en Público solía estar la columna malhumorada de Javier Ortiz. Utilicé algunas con los bachilleres este año, viva la contrapropaganda, reciben tantos aguijonazos del otro lado.
Pero hace un par de meses esas columnas desaparecieron. Se borraron.
Y pronto supimos que Javier Ortiz había muerto.
Había muerto.
Hoy, junto antes de irnos de viaje, Clea me deja leer el autobituario que Ortiz escribió.
Y me ha hecho reír,
y me he estremecido,
y me ha entrado un miedo atroz.

jueves, junio 18, 2009

Piqué en Mark Strand a través de Lara (Sólo una canción, en la edición de Pretextos, tan cuidada). Ahora me refugio del sofoco de estos días en poemas suaves y tristes como éste. Leo muy despacio, sólo un par de poemas cada día. No quiero que se acaben tan pronto.


"Hicimos aquellos que deseamos.
Hemos descartado sueños, prefiriendo la dura tarea
de apoyarnos el uno al otro, y hemos acogido al dolor
y llamado ruina al hábito imposible de romper.

Y ahora estamos aquí.
La comida está lista y no podemos comer.
La carne descansa en la blanca laguna del su plato.
El vino espera.

Llegar a esto
tiene sus compensaciones: nada es prometido, nada
nos es arrebatado. No tenemos corazón ni gracia salvadora.
No hay lugar adonde ir, no hay razón para quedarnos."

miércoles, junio 03, 2009

Da un poco de vergüenza escribir esta entrada, pero supongo que es lo debido.
Sucede que alguien se compadeció de ese tipo que andaba quejándose dentro de las rosas y los restos de alas de aquí al lado, con sus penurias y sus miserias y lo complicado que le resulta decir qué le pasa.

Sucede que algunos leyeron ese parloteo y sonrieron o todo lo contrario al terminar, qué suerte que sea tan breve, debieron de pensar también.

Y sucede que unas personas muy simpáticas, las que le dan forma a latormentaenunvaso.blogspot.com, decidieron que Rosas, restos de alas se merecía una palmadita en la espalda.

No seré yo quien diga lo contrario.
Por eso vuelvo a Madrid este sábado, a recibir la palmadita.

A la Casa del Libro de Fuencarral, 119. A las 13h.

Y qué bueno si estuvierais allí para pasar de otro modo esa pizca de vergüenza.
Gracias, a los tormentosos acuáticos, y a los que vayan.

lunes, junio 01, 2009

Subrayados de Cómo hacer versos, de Maiakovski

"No conozco regla alguna capaz de convertir a un hombre en un poeta ni tampoco de llevarlo a escribir versos. Esas reglas no existen. El poeta es justamente el hombre que crea las reglas poéticas. "
(…)

"Casi todos los editores me han confesado alguna vez que no suelen devolver los manuscritos de los libros de poemas que reciben por la sencilla razón de que no saben qué decir. "

(…)

"No basta con desplegar filas en marcha. Es necesario hacerlo según las reglas del combate callejero, es necesario que el teléfono, los bancos, [sic] y los arsenales pasen a manos de los obreros sublevados. Por eso:

Come piñas,
traga perdiz,
ha llegado tu hora, burgués."

(…)

"¿Cuáles son, entonces, los elementos indispensables para iniciar el trabajo poético?

PRIMERO: La existencia, en la sociedad, de un problema cuya solución solo sea concebible mediante una obra poética.

(…)

CUARTO: Instrumentos de trabajo y acondicionamiento de la oficina. Pluma, lápiz, máquina de escribir, teléfono, un pijama para dormir en pensiones, bicicleta para ir a las redacciones y editoriales, una mesa preparada para escribir, un paraguas para poder escribir bajo la lluvia, un domicilio con espacio suficiente para darle al poema los pasos que necesite, contacto con una agencia de noticias o con un medio de comunicación –para obtener los recortes sobre los temas que apasionan en las distintas provincias-, incluso una pipa y cigarrillos. "

(…)

"Desde mi punto de vista, la mejor obra poética será la que esté escrita según una obligación social dictada por el KOMINTERN, que tenga como objetivo final el triunfo del proletariado. "

(…)

"Una obra poética de calidad solo puede ser realizada en un tiempo determinado si se dispone de una cantidad importante de reservas poéticas.
Todas estas reservas estarán en la cabeza, y las más complejas las anotaremos en un cuaderno.
La acumulación de estas reservas me ocupa todo el tiempo. Dedico a esta tarea de diez a dieciocho horas diarias, y gracias a ellas siempre estoy listo para elaborar alguna cosa. "

(…)

"El ritmo es la fuerza esencial, la energía primaria del verso. Es inexplicable. De él apenas podemos decir lo que se dice del magnetismo y la electricidad: son dos formas de energía. "

(…)
"Poesía es industria."

(…)

"Tener un buen cuaderno de notas y saber usarlo es mucho más importante que saber escribir sin errores en base a la vieja y caduca métrica poética. "

(…)

"Para comprender correctamente la obligación social el poeta debe situarse en el centro de las cosas y de los acontecimientos. Conocer la teoría económica, estar al tanto de la vida real, interesarse por la historia y la ciencia, es para el poeta una parte esencia de su trabajo y un aspecto mucho más importante que los manualitos escolásticos. "

(…)

"Es necesario que los órganos y las instituciones responsables de la educación de las masas liberen sus enseñanzas de las antiguallas estéticas."

(…)

"Es necesario romper en mil pedazos el tópico de que el arte es apolítico. "

VLADIMIR MAIAKOVSKI, 1926

Leído en un librito pequeñín de Mono Azul (2009), llovido de erratas (ay).
Pensando aún en el significado de todo esto.
Sin poder quitarme de la cabeza Koba el Temible o La casa de los encuentros.
Sin poder quitarme de la cabeza las últimas palabras que Maiakovski escribió antes de volarse la cabeza:
"Los poemas inacabados dádselos a los Brik. Ellos los descifrarán. Sobre la mesa hay dos mil rublos para pagar los impuestos."
Pensando en Cobain, en Plath, en Morrison y en todos los demás.
Con un extraño dulzor en la boca.

jueves, mayo 21, 2009

"En la vacilación hay pensamiento. Con la demora surge el esfuerzo por un estilo; y se posterga el salto sobre la verdad, único estilo por el que vale la pena batirse a muerte o cazar tigres."

El Zen en el arte de escribir, de Ray Bradbury, leído por Ismael.

Llamadme Ismael
"Hace unos años -no importa cuánto hace exactamente-, teniendo poco o ningún dinero en el bolsillo, y nada en particular que me interesara en tierra, pensé que..."
Eso, eso, a arponazo limpio.

lunes, mayo 18, 2009

Ah, día aciago.
Benedetti ya no está.
Y eso quiere decir que ya no existe, por ejemplo:

INTERVIEW

"No es ninguna molestia
explicarle qué pienso
del infinito
el infinito es
sencillamente
un agrio viento frío
que eriza las mucosas
la piely las metáforas
le pone a uno en los ojos
lágrimas de rutina
y en la garganta un nudo
de sortilegio
seguramente usted ya se dio cuenta
en el fondo no creo
que exista el infinito.

Bueno sobre política
jesús
sobre política
mi bisabuelo que era liberal
espiaba a las criadas en el baño
mi abuelo el reaccionario
extraviaba la llave de sus deudas
mi padre el comunista
compraba hectáreas con gesto de asco
yo soy poeta
señor
y usted debe saber que los poetas
vivimos a la vuelta de este mundo
claro que usted quizá no tenga tiempo
para tener paciencia
pero debe conocer que en el fondo
yo no creo en la política.

Por supuesto el estilo
qué pienso del estilo
una cosa espontánea que se va haciendo sola
siempre escribí en la cama
mucho mejor que en los ferrocarriles
qué más puedo agregar
ah domino el sinónimo
módico exiguo corto insuficiente
siempre escribo pensando en el futuro
pero el futuro
se quedó sin magia
me olvidaba que usted
ya sabe que en el fondo
yo no creo en el estilo.

El amor el amor
ah caramba
el amor
por lo pronto me gusta
la mujer
bueno fuera
el alma
el corazón
sobre todo las piernas
poder alzar la mano
y encontrarla a la izquierda
tranquila
o intranquila
sonriendo desde el pozo
de su última modorra
o mirando mirando
como a veces se mira
un rato antes del beso
después de todo
usted y yo sabemos
que en el fondo
el amor
el amor
es una cosa seria.

Por favor
esto último
no vaya a publicarlo."

O sí que existe, o existe AHORA con más ganas que antes; ganas de ser como el chaval que por primera vez leía a Benedetti, o le leía Benedetti a alguien, o incluso se dejaba leer Benedetti (los más suertudos) por alguien.
Y, por cierto, no sé qué cuerno pinta la palabra "modorra" ahí en medio pero siempre me hizo reír este poema, risas y, como decía esta mañana un buen compañero, "anda que no le debo yo nada a Benedetti", algunas madrugadas a traición le debemos, y no madrugadas de lectura candil en mano y capa embozada precisamente, más resfriantes, en realidad.

Por otra parte, día aciago,
aciago
que hace enfurecer al apaciguador de bueyes y le obliga a soltar estas cosas que también me recordaron a mí cuando era un imbécil y creía que sabía algo y para que todo el mundo lo supiera lo expulsaba a voz en grito en cuanto salía de un cine o cerraba un libro, envuelto en las babas de mi arrogancia, mi ignorancia y mi vagancia.

http://www.elpais.com/videos/cultura/Boyero/pelicula/Lars/von/Trier/provocacion/barata/elpvidlmv/20090518elpepucul_2/Ves/
(ver el vídeo, que es lo gracioso)

Y además, resulta que esto
http://www.elpais.com/articulo/tecnologia/campana/Obama/triunfo/comunidad/elpeputec/20090518elpeputec_1/Tes Y no sé si sirvió para gran cosa, o como presumo en este día tonto y decepcionante en el que se fue el viejo de Mario, sirvió para organizar una enorme nada muy lucrativa y hueca, y ahora va y me acuerdo de Benedetti otra vez, y su Oda a la pacificación, y me siento una pizca menos joven y más solo e igual de engañado, sólo que ahora comienzo a darme cuenta,
creo.

Ah.

martes, mayo 05, 2009

Aún con ropa que lavar, fotos que convertir y páginas del cuaderno que pasar a limpio, aún con la dorsal encogida, aún, la zarpa de VIDACOTIDIANA ya me ha metido el diente bien dentro , hija de puta, ese bullicio que me deja tan lejos de lo que quiero de veras, el único puñado de cosas que quiero de veras.
Me queda el refugio de los días pasados, tan hermosos. Las mujeres desnudas en la playa, yo vestido y con cremallera hasta el cuello como uno de esos trajes que se ponen las dos muditas de allá abajo. La rabia contra dos mil enemigos, cada vez más numerosos y cercanos.

Y en cambio:
la ondulación del tapiz azul el vino a diario la sábana Onetti la roca
Esas cosas.

Y tomárselo así de despacito.

O así de rápido.
Llevo años yendo y pocas veces he visto entrar mar de verdad en esa playa. Esta vez fue así, era un parque de atracciones para los muchachos, se reían a carcajadas tirándose por los toboganes. Clea se dejaba el dedo en el disparador y yo me dejaba las rodillas en la roca.


Ellos se llevaban las mejores, claro. Yo, que soy torpe y lento, me conformaba con verlos zumbar a mi lado y lanzarme en alguna menina.

Días hermosos, no hace ni cuarenta y ocho horas, y parecen cien años. No tengo remedio. Padezco una melancolía feroz e insana.


Todo sigue en su sitio allá. Igual de divertido y raro. Ya les cuento, pronto. Ahora los ojos cansados de sol y carretera.


martes, abril 28, 2009

Nostalgia de Robespierre

ASCO

- Para acabar así no vale la pena tanto granero ardiendo ni tanta cancioncita fraternal–dijo Jean-Luc, asomado a la escotilla de su cápsula del tiempo.

Y después de los besos y los destellos, el monarca, como en aquella peli de Berlanga, hizo pasar a las dos a su gabinete y con ayuda de unas pinzas comenzó a despoblar el pubis de la princesa, que se vaciaba en sonrisas y gentileza hacia su suegro.
Y luego le tocó el turno a la bella de la voz tontita, que hizo ras con la cremallera de su vestido (sus vestidos cilíndricos siempre caen en sordina a sus pies), y el monarca admiró la tersura de sus braguitas y le dijo continúa, hija, continúa.
Y continuó.
Y todos los ayudantes de cámara y los alabarderos y los secretarios y los ministros y los jardineros reales se quisieron meter debajo de la alfombra al descubrir que la muchacha lo tenía rasurado, rasuradito como el de un bebé.


Un hombre sobrevive tras caer por el hueco del ascensor
Alcalá de Henares, 27 abr (EFE).- Un hombre ha sobrevivido a una caída desde un séptimo piso, por el hueco del ascensor de su vivienda, y sólo ha sufrido fracturas y contusiones, gracias que el golpe fue amortiguado en parte por la cabina que estaba detenida en la primera planta.

Otra prueba más de que efectivamente la vivienda está cayendo.
Y que no es tan grave la cosa.

lunes, abril 27, 2009

Sólo es para el que conoce esta playa, para el que tomó el sol sobre esa arena, se deslizó sobre una derecha suave en verano, vio jugar a los críos en el rizo y otras cosas bucólicas.



Quien lo conoce sabe que esos acantilados tienen más de veinte metros de caída. Y la espuma trepa por ellos como si fueran un escaloncito.
Seguro que tendría una glosa filosófico-poética toda esta furia.
Pero aún estoy embobado y aterrado viéndole los dientes al océano.
Me marcho allá dentro de unos días. Confío en que me trate mejor que a la roca. Que el sol me tueste la nariz y las olas me aplasten los hombros. Pero sólo una pizca.

jueves, abril 23, 2009

El Rey alaba la "excelencia" de Marsé

El Rey ha subrayado hoy que el último Premio Cervantes, Juan Marsé (1933), ha reflejado como nadie la memoria de la Barcelona de posguerra y que "su mirada se ha fijado siempre en los perdedores. Intensamente realista, su escritura alcanza el nivel de excelencia en el arte literario". [...] El Monarca ha recordado a los escritores testigos del tiempo histórico de Marsé -autor de Si te dicen que caí o Últimas tardes con Teresa- que se han ido, como Carlos Barral, Jaime Gil de Biedma o Juan Hortelano, de quienes, ha añadido, nos queda su palabra, que es "en realidad a la que queremos festejar". Esa palabra "libre", ha manifestado el Rey, de cuño cervantino "que se desborda a sí misma para nombrar la realidad, para quitar los velos que ocultan la verdad profunda de las cosas o para crear espacios nuevos de vida" y bla bla.

El País


martes, abril 14, 2009

Son muy conocidas estas palabras; me tapan la boca y se ponen en lugar de las mías.
Soy tacaño con las mías, demasiado tacaño; sin ellas voy quedámendo sordo de oír ese zumbido de nada, ese zumbido de torre eléctrica, de transformador.
Para olvidar que zumban necesito las palabras de otro, ya sabéis.
Sabéis, porque a vosotros también os pasa.

"Como los erizos, ya sabéis, los hombres un día sintieron su frío. Y quisieron compartirlo. Entonces inventaron el amor. El resultado fue, ya sabéis, como en los erizos. ¿Qué queda de las alegrías y penas del amor cuando éste desaparece? Nada, o peor que nada; queda el recuerdo de un olvido. Y menos mal cuando no lo punza la sombra de aquellas espinas; de aquellas espinas, ya sabéis. Las siguientes páginas son el recuerdo de un olvido."

Luis Cernuda

Las siguientes páginas.
En algún lugar.

sábado, abril 11, 2009


"... aquellos días azules,
aquel sol de la infancia..."

domingo, abril 05, 2009

Clea me lo enseña y no doy crédito: mientras desayunamos (hace cinco minutos) le da vueltas a un suplemento atrasado de El País donde aparece un reportaje sobre moda infantil (ya el concepto hace daño). Debajo de unas fotos con niñas sonrientes y maquilladas aparece un viscoso reclamo: Pin-ups prematuras o Primeras pin-ups o algo parecido.
Lanzamos el periódico al aire, revoloteando por encima de nuestras tostadas por si tuviéramos la buena fortuna de que un rayo olímpico lo atravesara en el vuelo y lo desintegrara. Pero mientras gira hacia el abismo una hoja se desloma de las demás y se columpia en ese movimiento crujiente que hacen las hojas de couché y cae sobre nuestras narices y aunque nos apresuramos a taparnos los ojos no podemos evitar leer Armani baby en una flamante página de publicidad, y entonces ya no hay remedio, ya el puto País atrasado nos ha arruinado el domingo y ella siente mareos y un asco pegajoso en el paladar y en las ingles, y yo cada vez con más convicción comienzo a darme cuenta de que no es cierto eso de que cualquier ética es un incordio dictatorial y que el relativismo es otro ismo y que tampoco es cierto que la única manera amable de vivir es hacerlo sin moral ninguna clase, es decir, desmoralizado, amando a quien te ama, siendo atento con tus amigos, surfeando sin gritar ni ulular ni saltarle la ola a nadie, sabiendo que nada es crucial, que nada importa demasiado.
Falso de principio a fin.
Tan falso, tanto, como el PijoPaís mismo: "Los primeros cuidados de belleza comienzan en la infancia. Es bueno enseñarle a los más pequeños a cuidar su imagen" (sic y snif y agh).

sábado, abril 04, 2009

miércoles, abril 01, 2009

Nota caótica y remezclada:
Creo que ya lo he contado por aquí. Una vez al año, llegada más o menos esta fecha, leo en clase la Oda a Walt Whitman de Poeta en Nueva York, la porción de cualquier cosa más estremecedora que he leído jamás.
Ya sé que es muy superlativo eso, pero esta mañana he vuelto a leerlo delante de los bachilleres, y aún ando inflamado por ese verso, esa potencia:

"Ni un solo momento, viejo hermoso Walt Whitman,
he dejado de ver tu barba llena de mariposas,
ni tus hombros de pana gastados por la luna,
ni tus muslos de Apolo virginal,
ni tu voz como una columna de ceniza;
anciano hermoso como la niebla
que gemías igual que un pájaro
con el sexo atravesado por una aguja..."

Pasan cosas raras en los pasillos últimamente. Suenan versos, los chicos se besan en las escaleras, algunos cantan cosas hermosas y se atreven a hacer cosas aún más hermosas. Y también pasa, y es curioso esto, que alguno decide agraviarme escribiendo mi nombre en una cartulina y poniendo al lado, con un rotulador grueso la palabra "rojo".
En serio. Ya sé que suena a serie de televisión, pero me ha pasado. Rojo, resulta tan antigua, además, la palabra.
Además.
No sé quién era el vivificador de eso de que el adjetivo mata, pero juraría que hoy estaba en el aula cuando leíamos la Oda de Lorca.
Ha debido de retorcerse de estulticia en el bostezo de su primera hora de clase.

"... bello Walt Whitman, duerme a orillas del Hudson
con la barba hacia el polo y las manos abiertas.
Arcilla blanda o nieve, tu lengua está llamando
camaradas que velen tu gacela sin cuerpo.
Duerme, no queda nada.
Una danza de muros agita las praderas
y América se anega de máquinas y llanto.
Quiero que el aire fuerte de la noche más honda
quite flores y letras del arco donde duermes
y un niño negro anuncie a los blancos del oro
la llegada del reino de la espiga."

Je.
Después hemos leído Aquellos ojos míos de mil novecientos diez... y he recordado que Lara introducía su libro con esos versos:

"Aquellos ojos míos de mil novecientos diez
vieron la blanca pared donde orinaban las niñas,
el hocico del toro, la seta venenosa
y una luna incomprensible que iluminaba por los rincones
los pedazos de limón seco bajo el negro duro de las botellas."

Y luego he vuelto a casa, he malcomido alguna cosa, he encendido la radio y he escuchado ESTO

No os lo perdáis.

viernes, marzo 27, 2009

El mar es una planicie azul aburridísima, hoy.

lunes, marzo 23, 2009

Solía escuchar esto una y otra vez en un casete cascado que grabé de un disco cascado que debió de ser una copia de otro aún más cascado y pleistocénico. Me lo aprendí de memoria, me fascinaba esa porción de palabras extrañas (otario, percanta, gato maula) y la dureza tan honesta del discurso que encajaba así de bien con el machaqueo antimelódico de los trastes de esa pobre guitarra, qué culpa tendría.
Hoy a la primera di con él en youtube, y le vi la cara mano a mano.

sábado, marzo 21, 2009

Y en compensación, en otra esquina más lúcida y honesta:

http://unaimagenymilpalabras.blogspot.com/

Breve, simple, directo y sin revueltas. Así es.
[y qué foto]
Leído en otra parte, flipando con la arrogancia de esa negrita:

"Kerouac odiaba a los hippies. Me lo dijo Caroline Cassady, a la que tuve la fortuna de conocer en Londres gracias a mi buen amigo y mejor escritor Barry Gifford. Caroline recordaba claramente los años pasados con Jack Kerouac y Neal Cassady cuando ella era el queso y el jamón del sándwich, y le gustaba hablar de ello con una sonrisa en los labios. Jack, contaba Caroline, era un escritor, no un vagabundo, y adoraba la elegancia de sus héroes del bebop: Charlie Parker, Coltrane, Gillespie, Max Roach... Odiaba tener la casa llena de melenudos, y en su cabeza se veía más cercano a Scott Fiztgerald que a todo ese cuento de la contracultura. Al parecer, y con frecuencia, Jack montaba en cólera por el lugar que la caprichosa trama cultural le había reservado. "¡Debería estar sentado en una academia y no en el salón de mi casa soportando la veneración de estos palurdos!", decía Caroline que gritaba Jack, harto de que unos seminformados pero bien uniformados jovencitos se bebieran sus cervezas. Odiaba que cualquiera se atreviese a llamarle Jack, él prefería señor Kerouac."

Ray Loriga

"Mi buen amigo y mejor escritor...", ese blasón me ha descompuesto todo lo que sigue, a pesar de tan interesante y bien escrito como parecía.
"Joseph Fritzl recibe a diario cientos de cartas de amor de mujeres que le ofrecen cariño y comprensión, y que aseguran que sus actos han sido malentendidos."

Leído en alguna parte.

viernes, marzo 20, 2009

Es un buen cuaderno. Lo compré en un viaje. Las pastas son rojas, simples, de cartulina. No soy demasiado original: me gustan los cuadernos, tengo tantos que sé que nunca los usaré todos, incluso aunque aparecieran de súbito convocadas todas esas palabras que me esquivan. Cuando yo muera (dentro de muchos años) quedarán vacíos diez, doce, veinte cuadernos tan buenos y tan hermosos como éste, y nadie se atreverá a utilizarlos, ni para escribir los poemas que yo no escribo, ni para hacer la lista de la compra.
Sobre un armario, en una caja de cartón.
Igual que se esconden los regalos de navidad.

sábado, marzo 14, 2009

Había decidido escribir una nota sobre Hannah Montana. Tengo muchas cosas que decir sobre ella, que cautiva a mis sobrinas (tienen un juego de mesa con una especie de reproductor de su voz, quiero decir de la chica necesariamente fea y escuálida que dobla su voz al castellano); muchas cosas, empezando por su apellido topónimo, el palíndromo de su nombre y lo cacofónico del conjunto. Nadie se apropie , nadie la utilice en la novela ni en el cuento que ahora escribe: este icono neocón me pertenece, ya puse mi bandera, ya lo etiqueté y lo guardé en una caja de cartón.
Pero de pronto me he dado cuenta de que Hannah (¡ha!, nnn, ¡ah!) es una figura demasiado compleja, el mensaje que transmite su planchado rubio, la fuerza hipnótica transformadora de voluntades infantiles que hace babear y contonearse a niñas de siete años y, al tiempo, a sus padres (recreada la figura en la piel ya nada adolescente de quienes arrugan la cama a su lado), la totémica energía de Hannah Pulcrísima (piececita de tente cada diente en su boca), el gesto extraño y simpático con el que acentúa algún momento especialmente intenso de su actuación (como si se encogiera, como si le doliera el vientre o le bajara la regla, pero ¿puede tener menstruación esta criatura?), oh boy, you said so many things... No, no puedo escribir ninguna nota sobre ella, sé muy poco de antropología, de semiótica, de religiosidad popular.
Ahora lo recuerdo: el reproductor de aquel juego de mesa era algo así como un micrófono que giraba sobre una peana, y al pulsar un botón Hannah decía cosas sonriendo (no la veías pero no había dudas de que estaba sonriendo), pequeñas instrucciones como en un juego de prendas, cosas como: arráncate los dientes y dile a tu dentista que te ponga implantes, haz mucho ejercicio, nunca fumes marihuana, canta en plan suavona, viste como si tuvieras diez años más y así tu papá querrá follar contigo, igual que quiere follar conmigo cuando en la alfombra se sienta a tu lado a ver mis vídeos.

martes, marzo 10, 2009

Hostilidad en ristre, hoy comienzo a ser un bicho con casi todos, salvo con mi dentista. Nadie tiene tanto poder en sus manos: la adormidera y la segueta. Me vuelvo un enano en el diván ergonómico y un canalla feo y antipático en los pasillos. Ni siquiera los versos me conmueven. Le hago la guerra a los botones rosados que nacen en mis macetas, he decido matarlas de sed. Hay un límite que uno alcanza, nadie puede ser tan tirano con uno como yo lo ando siendo conmigo cada vez que dejo robarme una porción del tiempo que necesito.
Pero no más.
Blandiendo la serena antipatía en la que me entrené durante veinte años, volveré a ser un bicho para que se olviden de mí todas las cosas que me aturden.

Y después supongo que buscaré otra excusa para no mirarme de lleno en el vacío de mis asuntos.

viernes, marzo 06, 2009

La primera vez que fuimos a la Saatchi Gallery no nos dejaron entrar. Recuerdo que un tipo vestido de peligroso nos largó de allí diciendo que había una fiesta privada. Hace cuatro años de eso. Ahora la flamante Saatchi ya no está enfrente de Embakment sino en el mundopijo Chelsea, junto a una campa ultraverde (¿esparcirá barreños de clorofila una cuadrilla de inmigrantes cada noche?) y una plaza donde bellísimas madres pasean entre tenderetes de comida orgánica a sus rubísimos niños.
Todo es perfecto, limpio, hermoso, caro.
Pero la galería es gratis, y Clea y yo agradecimos con reverencias ese gesto de filantropía.
Las salas son gigantes como bodegas, blancas, libres, sin flechas que indiquen el recorrido ni cuerdas que acordonen (¡peligro, usted está siendo filmado!) las esculturas.
Llegamos tarde a

pero no a

Como guerreros de Siam humillados, estas mujeres espectrales moldeadas con el papel que envolvía nuestros bocadillos nos recibían de espaldas, hechas un ovillo, silenciosas.

La exposición se llamaba Unveiled. Una docena de artistas -la mayoría iraquíes, la mayoría mujeres y la mayoría menores de treinta- llenaba la amplitud y nos pasmaba a cada paso.



No se aprecia, supongo. Dos figuras sujetan las patas y la cabeza de un cordero. La tercera le corta el cuello. La sangre es apenas un charquito brillante.


Todo estaba tan cargado de ideas que de pronto la superficialidad, el vacío de las toneladas de arte que se almacenan habitualmente en los museos habituales nos pareció de una estupidez insoportable. Y el discurso del "ya nada hay que decir", sólo el gesto, sólo el objeto es importante y no lo que el objeto albergue (Beuys) resultó entonces una agravio, una grosería, un escupitajo directo para ese puñado de resistentes que sabe que basta poner un pie en la calle para comprender justo lo contrario, si

"hace falta estar ciego, /tener como metidas en los ojos raspaduras de vidrio, /cal viva, arena hierviendo, / para no ver la luz que salta en nuestros actos, /que ilumina por dentro nuestra lengua, / nuestra diaria palabra." [Alberti]

No creo que sea necesario vivir en un Bagdag bombardeado para darse cuenta de eso. O quizá sí, quizá ninguno de los rubios niños que juegan en Chelsea (esas madres que se recogen el pelo con sencillez pronto los matricularán en una escuela de arte para jovencitos donde les enseñarán a componer cualquier cosa, a expresar no importa qué, algunos se dedicarán al diseño, a la publicidad, al ARTE, pronto inaugurarán su primera exposición, etcétera) fuera capaz de descubrir una verdad tan justa. Igual que en Waltz with Bashir.

miércoles, marzo 04, 2009


Tal vez suene raro, pero es así: viví un tiempo en esta ciudad, ahora vuelvo apenas para unos días. Entonces jugaba a ser un inmigrante remilgado que compartía piso con veinte y cama con nadie, trabajaba en el mismo infierno para pagarme la universidad, siempre andaba con sueño y ganas de una ducha y un baño limpio. Ahora, en cambio, tengo un trabajo no del todo esclavizante, una casa (el banco me permite entrar y salir de ella como si yo fuera el dueño) y algunos etcéteras digitales que me hacen sentir distinguido.
Es mejor así, lo otro era un asco, no hay malditismo ni añoranza de mugre.

Pero
Esta ciudad, esta CIUDAD en la que ahora tomo esta nota mientras espero el almuerzo,
esta ciudad es el lugar, el verdadero LUGAR donde ocurre todo. Hay una colección de tópicos todos-reales que resulta difícil esquivar, la música, la incesante rareza, los rostros capturados en el zigzagueo de las calles, la belleza blanca-imposible de la chica japonesa que aguarda delante de nosotros en Chalounge. Ni siquiera es necesario que todo esto ocurra en Birck Lane, aunque sí, especialmente ocurre en Brick Lane.
Después de Revolutionary Road (igual de después de Las horas, entonces) procuro no hacerme algunas preguntas; si decidiera hacerlas -ponerlas por escrito- estaría perdido, no habría escapatoria. Ella quería volar a París para salir de sus vidas-de-baja-intensidad. Yo no sé qué diablos hago volviendo como un memo a la casa en préstamo, al trabajo, a los etcéteras en fila.
Y la terrible, la sensación terrible de vivir con menos latidos, de estabularme en una esquina fea del mundo aun sabiendo que ya casi es primavera y el sol puede tostarme la nariz y mañana habrá hermosas series de poniente sobre la lengua de piedra, claro que hay lugares peores, piensa en los pobrecitos que no tienen qué comer, decía mi madre cuando mareaba la sopa de arroz en el plato.
Es el vano consuelo del ahorcado que dialoga con su corbata.

sábado, febrero 21, 2009

resumen de noticias


¡E-ooh!
¿Alguien resiste?
Suena hueco aquí.

La habitación está tan vacía y deshecha: la humedad tragándose las paredes, en las esquinas lascas esparcidas de esa pintura plástica que nos aseguraron que sería tan eficaz contra el moho (nooo), los bichitos diminutos flipando con la densidad acuática de los muros; esta habitación deshecha y vacía es un parque de atracciones para ellos (al menos alguien disfruta mientras yo no estoy).

Es raro volver, me pareció que algunas baldosas se movían al pisarlas, intentaban esquivar la suela de mis zapatos, creí escuchar que una le decía a otra qué carajo hace éste aquí.

Lo primero, claro, es abrir las ventanas y dejar que el felicísimo Sol de Sábado queme las retinas de las manadas de bichitos (¿tienen retinas, miniretinas, o serán ciegos como topos, como los ratones y los perrillos recién nacidos?) que pueblan los tabiques. Y luego tirar a la basura las sábanas, comprobar el estado (nefasto estado) de las estanterías reblandecidas (¿habrá algo aprovechable aún, algo que no necesariamente contagie algún tipo de bacteria papirófaga?, ah, no puedo creerlo siquiera: La montaña mágica sigue justo ahí, la maldita), arrancar los enchufes y secar el interior con una bayeta si no quiero electrocutarme y quemar todo el edificio cuando vaya a encender la lamparita con la que hace MUCHOS SIGLOS leía (¿recordáis, pequeños dedos míos, el crujir de las páginas?, nunca fuisteis muy delicados vosotros, las retorcíais, las doblabais como no deben hacer los niños, alguna vez incluso os limpiabais las uñas con ellas; pero, en fin, habéis hecho cosas infinitamente peores).

¡Ooo-eeh!

Qué bonito, me gusta que haya eco como en una bodega, la tripa de un barco, etc. El eco me dice que esta ciénega malhuele y es insalubre y deberían precintarla y es incapaz de albergar ninguna buena idea, ninguna palabra precisa, pero eso ya lo sabía de antes y, a fin de cuentas, es mi ciénaga.

Resumen de noticias: todo sigue en su sitio el mar en el lugar del mar la roca donde la roca la escoria que el temporal arroja sigue enredando filamentos de alguna cosa sucia en mis tobillos cuando salgo del agua (hay una buena marejada perdida hoy) ya asoman las sillas de rayas y la chicas en camiseta (no lo creerán porque resulta que es justo lo mismo que escribí allí, ya la primavera prematura y el mar haciendo cremalleras sobre los bancales, ya las vinagretas silvestres, la migración inminente de los surfistas de invierno) todo sigue en su sitio quiero decir: las ideas-palabras en cualquier otra parte menos en el papel-pantalla donde debieran estar ya hace mucho y no, en cambio

¡Eee-oh! Qué bonito suena, especialmente porque sé que estoy-estaré solo.

A los bichitos pienso exterminarlos muy pronto.


domingo, enero 11, 2009





















"La omnipresencia de la Stasi es inimiginable. Escuchaban llamadas telofónicas, intervenían telegramas, vigilaban con cámaras de vídeo y abrían el correo privado: sus métodos no conocían límites. Tal vez el más extraño era la conservación de muestras de olor corporal de sus enemigos. Durante los interrogatorios los agentes frotaban un paño de algodón en la entrepierna del sospechoso y guardaban la prueba en un tarro hermético. Si una persona requería ser identificada, la Stasi contaba con perros especializados en identificar el olor de las ingles, eufemísticamente llamados perros de diferenciación de olores."
Berlin
Lonely Planet

sábado, enero 10, 2009

El mar sigue zumbando hoy. Formas pequeñas pero muy hermosas, huecas y tirantes.

Hace unas horas, en Calita. Se abrían buenos caminos.

La orilla permitía pequeñas tapadas.


Es un rompiente muy estrecho, con demasiado tráfico en los días buenos. Y en los medianos y en los malos, también.

El pronóstico continúa. Y en breve crece y se hace gigante.
Parece de broma, esto.

jueves, enero 08, 2009

Me dijeron los muchachos que zumbó sin parar durante veinte días, grande, mucho más que otros inviernos, que hubo sesiones en todos los picos, que algunos estaban cerrados de tanta tunda, que esto de ayer y de hoy no es más que el rabito de la gran marejada. Se les veía relajados ayer en el agua, hartos de coger olas, sin la rivalidad de otras veces, bromeaban, dejaban sitio, ya no eran los ariscos muchachos de siempre. Fue un baño divertido, fácil de remontar. Al principio, entumecido, me limité a flotar y a deslizarme en las más suaves, viendo como ellos se tiraban dentro de las bombas que venían del fondo. Luego ya tracé algunas mejores, pero ni siquiera eso hacía falta, bastaba con estar allí y no pensar mucho en nada.


Hoy: la U, rompiendo lindo hace un par de horas, a doscientos metros de la orilla, con frío glacial y viento del norte, una buena remada escarchada hasta llegar allí.


En el Eduardo, hoy las series eran pequeñas pero bien dibujadas.
Son los restos de la fiesta. Ayer partían buenas paredes, fuertes y largas de piedra a piedra, pero dejé la cámara a un lado y me zambullí, así que no quedan pruebas de eso.
Ya no hay temporal pero el mar seguirá elástico y helado durante unos días. Es hermoso.

lunes, enero 05, 2009

En el museo Marta Herford los grabados más audaces de Félicien Rops están detrás de una pesada cortina de terciopelo. Así, el visitante pudoroso no tendrá que enfrentar su pupila puritana con la mujer castradora, el hombre que se lame a sí mismo, la crucifixión satánica. El museo es una hermosa cáscara de cristal y acero. Dentro, hay salas elípticas llenas de cuadros estomagantes, un arroyo detrás de una vidriera, un guardarropa sin vigilancia, un piano de cola, una cafetería donde sirven chocolate caliente. Fuera hace un frío que raja.
En casa de Alicia, Cha-Huang sube a ver culebrones en la televisión por cable mientras Dani juega con nosotros en la alfombra, su cuerpecito es un muelle, lo arrojo, salta, rebota y vuelve partiéndose de risa.
Bebemos vino dulce y vemos ponerse el sol.
Dani no para de arrancarme el libro de las manos, no me deja leer e insiste en poner una canción horrible de Mickey Mouse, es fácil imaginar cómo será dentro de unos años, cuando sonríe no tiene ojos.

Supongo que no le interesarán a nadie las notas de este viaje pero:
-todas las casas están abiertas, ventanas y puertas
-dentro de cada casa gris hay un rectángulo de luz
-en la acera crece hielo silvestre, a punto de desnucarme siete veces al día
-la obligación de cada vecino es mantener bien despejada y segura la entrada de su casa (no está bien visto que los invitados se descalabren en las escaleras)
-la tiniebla de las calles favorece el ahorro energético y reduce mis posibilidades de mantener el equilibrio
-los piesnegros de la estación de tren son tan sucios y hostiles como los que ya conocía, pero aquí resultan más graciosos, transportan entre dos una caja de cerveza que, claro, no necesitan enfriar, pobre de quien comparta con ellos el vagón
-romper el sistema no consiste en ser maleducado y antipático
-estoy muy seguro de eso: ROMPER EL SISTEMA NO CONSISTE EN SER ANTIPÁTICO
-también de esto estoy seguro: cuando Clea tiene las mejillas muy rojas está muy bonita (hay muchas formas de enrojecer esas mejillas, algunas más desusadas que otras)
-en un mercadillo de arte veo cuadros más hermosos que los del museo de noséqué
-me estoy haciendo viejo, tal vez

Hablo con ellos de arte, ejem (qué ridículo suena), sentados detrás del cristal protector de la ventisca, con una taza para calentar las manos. Digo muchas tonterías, con un punto dogmático que me asquea. Digo que el arte moderno es una escombrera, un montón de porquería amontonada, mercado para pijos, fraude enorme, pero en medio de esa gran cantidad de mierda carísima a veces reluce un cristal mágico, como si lo hubieran olvidado allí, como si no perteneciera a ese mundo, es decir, igual que en una escombrera. Lo digo pensando en la exposición de Beuys que me ha dado la misma fatiga que el atracón de fideos chinos de anoche, y pienso ¿será que Beuys me da fatiga sin más, será que no tengo educación ni criterio ni inteligencia ni sensibilidad para construir una frase más ingeniosa y acudo al recurso paleto de negar la categoría ARTE MODERNO? No sé, no sé. Hace un frío que raja el alma ahi fuera.
Me estoy haciendo viejo, sí: yo era MODERNO.
(jajá, ni tú te crees eso, pedazo de clasicote)
Veo una serie de fotografías fascinantes en una sala contigua a la mortandad de Beuys. Pero el carromato de mierda de Beuys me oprime, me obliga a zigzaguear por los pasillos, escapando, quiero volver a la sala de esas fotografías y una de sus horribles cosas se planta delante de mí como una barricada. Ah, nunca hay un helicóptero israelí donde realmente se necesita.
Sr. Comandante, le juro que Beuys tiene un prepucio enorme e infectado, necesita un poco de esa cirugía, y tal vez no esté bien decirlo pero se cuenta que, al caer la tarde, frecuenta algunos lugares donde sólo sirven comida halal. Sí, B-e-u-y-s, apunte bien.
Es extraño.
J. dice que se están haciendo cosas muy interesantes en el arte contemporáneo, que es un momento muy creativo y refrescante, distinto, y yo creo a J. porque sé que que tiene las ideas claras y que no habla sólo por escuchar su voz, como yo hago.
Pero también le digo que entonces no entiendo a cuento de qué ese mercadeo y me contengo de hablarle del desesperante vacío que se apretuja dentro de esos artefactos del diseño (Koon), porque ya sé que él dirá que precisamente ese vacío es su contenido y etcétera.
Pienso (más o menos pienso) que hace ya un siglo que se vino a decir que todo se había dicho antes y que, por tanto, de nada servía esforzarse por buscar ningún sentido ni mensaje. Pero un siglo es mucho tiempo. Y por otra parte, creo que esa afirmación es falsa. Hay millones de ideas pendiendo de hilos dorados, como cebos, y basta con tirar de una para que esa idea huérfana te adopte y te pida que construyas para ella algún tipo de receptáculo, que tejas para ella un vestido hermoso o feo o vulgar con el que presentarse al mundo. A mí me falta inteligencia y me sobra pereza para ir recolectando todas las ideas con las que a veces me golpeo a diario, cada año debería escribir diez, cien novelas sobre cien de esas ideas, porque hace falta estar ciego, tener metidas en los ojos raspaduras de vidrio para no ver la luz que.
Es preciso que alguien lo haga.
Me refiero a escribir.
Escribir, por ejemplo.