lunes, marzo 21, 2011

Resplandeciente lunes y yo vuelvo a sentirme demagogo. La demagogia es uno de mis escasos atributos. Haciendo una lista apresurada, sé
pasear al sol
bucear
dar clase
cocinar
cuidar de la pequeña
escribir un poco casi siempre con exceso de lirismo
deslizarme en olas medianas
ser demagogo
no mucho más.

No sé, en cambio,
arreglar ningún artefacto
llevar las cuentas
ir al banco
anotar nada en la agenda
encontrar un buen argumento bien ordenado y bien dispuesto sobre el esquema previo que no preparo
comprender que cada asunto es complicado y no puede observarse apenas desde la perspectiva de la indignación, la ética es un fastidio en ciertas ocasiones
y una montonera de cosas.

Y por culpa de mis atributos y carencias sucede que me brota la demagogia cuando leo/escucho que

-Un tipo es condenado a 22 años por abusar y matar a una niña y hacer desaparecer el cuerpo.

mientras que

-Dos terroristas son condenados a 375 años de cárcel por INTENTAR matar a un concejal.

Pero nadie me haga caso, ya avisé de que soy incapaz de observar las cosas en su justa medida y que mi capacidad de análisis social y jurídico es la misma que la de un alumno de ESO, será contagio por contacto.

Por lo demás, como dice Clea, comenzó una primavera fascinante para el periodismo, que arrancaba con un terremoto transmutado en marejada criminal transmutada en colapso atómico y terminaba con una guerra, ¡una guerra!
Se percibe la excitación, los fluidos ensucian la silla, la limpiadora maldice la incontinencia de los presentadores, el estudio huele a cama por horas.

3 comentarios:

Sonsoles dijo...

La pena, las penas, nunca son suficientes en algunos casos, ¿cómo se compensa? Imposible. Lo drástico, lo americano, no se contempla. Aquí es donde yo reconozco mis contradicciones.

A veces nada parece justo. Acostarme el viernes con un espacio de exclusión aérea y despertar con los bombardeos franceses, tampoco. Me lo expliquen.

Anónimo dijo...

Lo cierto es que sí, en este nuestro sistema un concejal, o cualquier otro agente del mismo, vale más que una niña. El sistema debe ser protegido ejemplarmente, quién querría formar parte de sus mecanismos si no. Las niñas también, para eso está el sistema, pero menos. Niñas hay muchas, y se pueden hacer más si es necesario, sistemas no, sistemas sólo tenemos uno.

El día que inventemos otro, uno nuevo, que valore más a las niñas que a los concejales, ese día, por fin, podremos prescindir de nuestras válvulas de escape demagógicas.

Lástima que entre mis atributos tampoco se encuentre el de inventor de nuevos sistemas.

pnwsk

C dijo...

"Fotogalería de la guerra en Libia", "Síguela en directo", "Esta noche en Canal 24 horas, las mejores imágenes del terremoto y el tsunami de Japón" ...

Suma y sigue.
Parece una viñeta de Miguel Brieva pero la realidad siempre supera a la ficción.

C