domingo, abril 20, 2008



Hoy el mar no era esto.
No era la izquierda lenta sobre el tapiz.
No era el velo blanco, la arruga verde.
Hoy el mar era una bronca. Me miraba y decía vete a casa. Y obedecí, pensando de regreso en la izquierda lenta, el tapiz, el velo blanco y la verde arruga que no existían.

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