domingo, abril 13, 2008
- Yo quisiera que todo lo que tengo cupiera en una bolsa de lona.
- Una noche, mamá entró en mi habitación. Yo estaba haciendo dibujos. Se sentó en la cama y estuvo mirándome un rato. En el libro de ciencias había unas páginas especiales con dibujos de hojas y árboles, y pequeñas etiquetas que decían coníferas, robledal, bosque mediterráneo, monte bajo. Mamá apoyó su frente de hoja de tabaco en mi nunca. Yo no dije nada, sólo copiaba esos dibujos en un cuaderno.
- Si todo lo que tengo cupiera en una bolsa de lona, sabría que no he hecho nada malo, si todo lo que tengo cupiera en una bolsa de lona.
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6 comentarios:
Este fin de semana he estado en Hossegor,y me he acordado de ti y de tu blog. Había olas locas que parecían los restos de un huracán. La playa era enorme y estaba vacía. Al leer tu entrada anterior he recordado que en la orilla alguien había costruido un barco de vela con una madera, un palo y una bolsa de plástico. Era muy gracioso por su simbolismo en medio de los escombros y demás basuras de la orilla.
Te mando un abrazo enorme y te deseo muchísima suerte en tus presentaciones!
Y yo quisiera caber en tu bolsa de lona.
Hossegor... lugar de locos, mar de locos chiflados. Recibo el abrazo, recibo la suerte (necesito mucho de eso), feliz de leerte por aquí, reb.
Y, C, tú cabes perfectamente, eres pequeñita y la bolsa más bien mediana, ya sabes.
Hermoso y tierno.
Eres afortunado Pablo, tienes más de lo que entra en una bolsa de lona y personitas que quisieran caber en ella. Algunos/as por no tener no les queda ni la ilusión de que se pueda conjugar afirmativamente el verbo tener. No dejes que se abra ese mosquetón C de amarra a la cordura.
Mar, de locos? Sí, posiblemente, sobre todo cuando surgen serias dudas sobre el concepto de cordura. Pero todavía no hemos encontrado otro lugar en el que la vida alcance una dimensión tan plena.
Suerte tío, dale fuerte al labio, tú puedes con esa ola.
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Dejé un mensaje, pero se ve que no cabía en tu bolsa de lona o se perdió en el fondo de la misma. En fin, nada es crucial.
Sí, soy muy afortunado. Tengo objetos hermosos acá, hermosas personitas, y simpáticos y amables visitantes.
Me voy a endulzar con tanto.
Ah, pero la bolsa debe de tener un agujero, sí, porque hay veces que pierdo cosas, mensajes, ideas.
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