viernes, abril 17, 2015
Y ella también dijo hasta aquí podíamos llegar, que tampoco fue Pan, paz y tierra, pero a su manera sí fue una revolución pequeñita, una miniatura de decapitación con confeti, una decapitación hermosa, las únicas decapitaciones intangibles sin cesto ni cuchilla que la severa moral del humanismo nos permite. Esta foto es la imagen del amor.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
¡Qué angustia producen las erratas, sobre todo cuando ya se han publicado y no tienen solución! Ni siquiera la posibilidad de una fe de erratas, como en los periódicos. Y la ves ahí, cada vez más grande, enseñoreándose de la página toda, una letra abominable que engulle a todas las demás, como el grano que detectas en el espejo antes de la cita crucial. Con ganas de leer tu novela, Pablo.
Publicar un comentario