domingo, diciembre 10, 2006

Lejos quedaron las playas blancas y los estucos del verdeazul. Sólo ruedan bolsas de plástico si es diciembre, ocho grados y sopla tan fuerte y del norte.

El mar es una enredadera de barro donde anidan ratas de tamaño humano.

Pero hay otros lugares y suficiente gasoil y primaveras y otra vez la primera cosecha del año.

Y también hay (pero no les digan que les dije) playas donde nada se mueve si no es a tu antojo.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Debía de ser diciembre cuando alguien escribió:

A current under sea
picked his bones in whispers. As he rose and fell
he passed the stages of his age and youth
entering the whirlpool.

Espera hasta la primavera, P.

Anónimo dijo...

Hermosa foto. Te robaré un pedazo de ola en blanco y negro.

(Si el viento trae bolsas de plástico, el sentimiento es de decepción. Por lo que somos).

Pablo Gutiérrez dijo...

Y entre tanto, Una, la tierra quedará baldía.

Anónimo dijo...

Como bolsitas de plástico...

...recicladas (baratas),
flotando sobre el agua color chocolate de la ría,
llevadas por el viento,
arriba, abajo,
llevadas por la marea,
de una tarde de domingo,
cuando ya ha acabado el mercadillo,
y la explanada
ha quedado
abandonada,
desolada,
sucia.

Ya lo decía mi madre:
los domingos a esa hora
no anda nadie por las calles,
sólo, gente rara.

Pablo Gutiérrez dijo...

Sólo marcianos, sí.
Tan hermoso lo que cuentas...