miércoles, diciembre 14, 2011

No debería escribir sobre esto, pero va, incontenible: el ego, la vanidad y lo demás se inflaron con la llegada internet, todo el mundo teclea su nombre en el buscador de google o incluso se suscribe a google alerts o rastrea manualmente las páginas del buscador con la esperanza de encontrar alguna referencia acerca de cualquier cosa que haga, cultivar berros, surfear, escribir un libro.
Maldición, yo también.
No pertenezco a la generación que se amamantó con esto, la red apareció cuando ya terminaba la facultad y cuando nuestros cuadros mentales ya estaban, por tanto, casi definitivamente cerrados, lo mejor del PC era la impresora aún.
Pero también estoy aquí, claro, y también busco ese reflejo.
Exhibición.
Los muchachos que ahora comienzan a escribir, a diferencia de nosotros, enseñan inmediatamente cualquier frase que apuntan en su cuaderno, no sienten pudor ni por su cuerpo ni por sus emociones, todo exterior como el reclamo de un piso en venta.
Nosotros, para nuestro mal, nos lo tragábamos y dudábamos y sudábamos.
La herramienta provocó esa transformación.
También en mí.
Aunque sigo escribiendo en el cuaderno como un avaro y pongo el codo para que nadie mire y lo guardo y lo escondo al terminar, también el exhibicionismo me venció.
Prueba, este blog.
Me gustaría ser más comedido, oriental, piel roja hierático, pero no lo consigo, en cualquier reunión siempre me parece que hablo de más y vuelvo a casa pensando qué idiota, son mis demonios.
Por eso a veces también busco qué se dice de Magui, de Lecu, de Ensimismada… y de mí.
Soy un tipo con suerte, la gente es amable y la mayoría de las cosas que encuentro son felices. No todas, claro, y disfruto lo mismo de lo contrario, hasta de la reseña de Babelia.
Hoy encontré una referencia de uno de los relatos incluidos en Ensimismada…, “Gigantomaquia” el único que proviene de un sitio distinto, en concreto de la revista Granta.
Uauh, Granta, qué tema, ¿eh? La de hostias que se llevaron muchos a cuenta (podría decir muchísimas aburrideces sobre eso). La referencia es brevísima, una cabronada menor en Patrulla de Salvación, página que recomiendo a quien no la conozca y con la que tanto me he reído disfrutando del despellejamiento ajeno, que es lo que gusta.
A mí sólo me han dado de refilón, y por suerte mi vanidad es tan chiquita (pretendo, procuro) que no se me movió el flequillo por ningún juicio literario.
Pero.
Pero resulta que el juicio no fue literario.
Ah, Margaret, lee bien esto porque aquí brota toda mi cólera: sí a que no te valga el cuento, a que no te guste nada de lo que yo pudiera escribir, pero me rebelo ante “sin entender de qué va este deporte”.
Punto
Y
Aparte.
Mira, señorita de las piernas largas: juego desde los doce, he pasado mucho más tiempo en una cancha que delante de un escritorio, lanzando triples más que delante de ningún libro, así que no jodas. Cadetes, júniors, liga universitaria, veteranos (ay), dos partidos semanales aún, media decente de veinte puntos y defensor corajudo. Me tragué todas las finals fours de los noventa, ¿te recito alineaciones?, no jodas, Margaret, que el cuento sea una mierda no te lo discuto, pero lo del baloncesto…. Como escritor puedo ser un pegapalabras, pero no me toques la cámara de aire de las botas, nenita. Cuándo, en qué cancha nos vemos para el duelo. Lástima, con lo sexy que me resultaba tu mala hostia literaria e indiscriminada. Venga, hablemos de lo que tú no sabes:



Como la espiral de ego no tiene fin, lo mismo esto aparece también en tu búsqueda de google. Si es así, besos, y espero con ansia tus próximos descuartizamientos, como siempre, muy lector tuyo,

Pablo

(ah, qué vídeo el de Tote, toda esta entrada sólo para tener una excusa y pegarlo)

10 comentarios:

Céfiro dijo...

Gran vídeo y mejor post.

Diva Calva dijo...

Triple

Roberto dijo...

Hola Pablo. Yo no he leido ninguno de tus cuentos, sí la novela Nada es crucial. Me parece buena. Esto se trata de un camino de resistencia no de una prueba de velocidad. Yo leí la entrada de la Patrulla y, al no haber leído el cuento no entendí o no quise entender. Tampoco quise ver que te daban un garrotazo. El estilo de Patrulla es ese y con el tema de los Granta pues se ponen a repartir. Igual podrían hacer con cualquier otra selección. Esa crítica ni quita ni pone. Lo del baloncesto pues no sé, qué más da lo que digan, creo que lo dicen por meterse con toda la lista Granta. También se meterían, llegado el caso, con Julio Verne y qué? Chorradas, estilo de la Patrulla.

Roberto dijo...

He vuelto a leer lo de Patrulla. No había leído el encabezado de su post. Ahí lo dicen bien claro. Pero sigo diciendo que son chorradas. En relación al cuento tuyo pues será como sea, bueno o malo, peor o mejor. Vale. Tu carrera es otra y la de esa publicación, supongo, será algo accidental. Como digo, ni quita ni pone.
Esto es una maratón, no una carrera de velocidad. Por mi tierra se dice que no hay mejor desprecio que no hacer aprecio.

Anónimo dijo...

No hay mayor desprecio que no hacer aprecio

Anónimo dijo...

De todas formas; haber jugado al baloncesto no tiene por qué implicar saber de baloncesto. Y más de un entrenador lo corroboraría.

J. G. dijo...

voy a empezar a leerlo ya, me habéis animado

Pablo dijo...

De verdad, todo esto era para poder subir el vídeo de Tote. Lo de Patrulla me resultó muy divertido, no sé si no se entendió la ironía de arriba, será. Yo, feliz.

David J. Calzado dijo...

Pues, Pablo, a mí me pone bastante burro leerte así de molesto porque te toquen los balones. Qué morbo, jajaja.

VOLTAIRE dijo...

¡JAJAJA! Que fácil es hablar de alguien si conocerlo. Saludos al público.