lunes, junio 04, 2012

Con ojos redondos vemos el documental, sentaditos en el sofá comiendo pan y queso, la fruta aguarda muy quieta en el bol. Nos escandalizamos, sonreímos con indignación, observamos nuestra comida aterrorizados, escrutamos las etiquetas, buscamos el país de origen, ni siquiera puedes confiar en la vieja Europa, como en una película de terror miramos para otro lado cuando la cuchilla del matarife abre la garganta de la víctima, nos compadecemos de los cerditos que sólo acceden a las mamas de su madre a través de una reja.
Todo es tan Dachau, todo tan Orwell.
Y entonces sellamos nuestro compromiso: mañana (mañana mismo, ¿eh?) nos registraremos en esa cooperativa ecologista (¿La Borraja?, ¿La Baraja?), qué más da el dinero y el esfuerzo de conducir hasta el pequeño local, aparcar en doble fila, ser simpático, saludar con redondos buenos días, llevar una cesta de mimbre y tu propio cartón de huevos, preguntar si quedan tomates de los de Germán, si Aurora sigue trayendo espinacas o ya sólo acelgas llenas de caracoles e incluso hormigas, ¡hormigas que tomarán al asalto tu frigorífico!, pequeñas cesiones, pequeñas incursiones de la Naturaleza, la hoja verde conserva el plomo y el nitrato de los fertilizantes industriales, la hoja verde y el atún son veneno, ¿hay que apuntarse en una lista para la ternera?, cerdo jamás, pollo muy poco, pero esas retintas que pastan en Roche, tan cerquita de las urbanizaciones distinguidas y del rompiente (¿cuánto hace?) de c/ Francia, esas vacas sabrosas y longevas sin antibióticos, esas sí, esas ñam ñam, ¿hay que apuntarse, hay que reservar un filete como si fuera una entrada para el teatro?, apunta Martí/Gutiérrez, tres filetes.
O tal vez sea el momento de hacerse vegano nivel 3, es tan cruel, tan antropoformo y cruel, haz clic y busca “tortura animal”, en lo que te queda de vida no tendrás tiempo para ver todos los vídeos, tan abundantes como el porno, tan crudos, tan carne, vacas colgadas de un gancho dando coces, cerdos espasmódicos, gallinas mutiladas revueltas en su propia mierda, ¿cómo alimentarte de eso, cómo seguir sin más con el curso cotidiano de la cosas después de ver un frame donde el cerdo, esos ojillos humanos, te suplica no más, por favor; es necesario que se desangren vivos, todos lo saben, el corazón late y catapulta la sangre, limpia el músculo, mi alimento.
El documental nos hace mucho a los dos, a la Martí y al Gutiérrez, mucho daño. Miramos a la pequeña y decimos ¿qué come mañana en la guardería?, la tabla excel que cuelga de la pizarra magnética dice, escalofriante, “Lunes: sopa de fideos, lasaña de panga, yogur.”
Es horrible, horrible.



Previsión: la próxima novela irá sobre esto.
-¿Cómo?
-Sobre toda esta mierda de la industria alimentaria y el desconsuelo de la pequeña huerta de tomates ecológicos y...
-¿Es tu manera de afrontar algo así? ¿Escribir una novela? ¿Una novela?
-Supongo que sí.
-Oh, no tortures a los lectores, por favor. Ten compasión. Ya puedo imaginar el argumento, espera: un tipo de ¿treinta años? ultraprotector de su bebé y un pelín cínico y bastante inseguro que, aterrado por ciertas noticias, decide crear para su familia una burbuja estéril de productos químicos y... al final una especie de alergia brutal acabará con todos. Tremenda trama, ¿eh? Pura acción, ¿eh?
-Una novela no tiene por qué ser entretenida, una novela no...
-Hay pocos lectores, no acabes con los que quedan. Industria alimentaria, vaya idea. ¿Y qué otros temas se te han ocurrido para tus novelitas, para la inminente, por ejemplo? ¿Economía, crisis financiera?
-Eh...
-No, ¿en serio?
-Yo creo que es un asunto...

-¿De verdad vas a publicar una novela sobre eso?

-Una novela es un intento de ordenar el caos y...

-¿Ordenar el caos? ¿A quién le robaste esa bobada? ¿A Cortázar en A fondo? ¡Una novela sobre economía! Qué estupidez. ¿Sabes cuánto, cuantísimo van a zurrarte por entrometido y por imbécil y por meapilas y por oportunista y por...? ¿Lo sabes? ¿Y cómo vas a titular es engendro impublicable? Sorpréndeme con tu ingenio. ¿Una novela sobre economía que se titule Economía? ¿Una novela sobre la crisis que se titule Crisis?
-No. Es peor.

3 comentarios:

Sonsoles dijo...

Jajajajaja, llevo esperando el título desde la charla en el club de lectura en Sevilla, no seas cruel, confiesa!

Diva Calva dijo...

Es peor? La vas a llamar Puta Crisis?

Pablo Gutiérrez dijo...

El título es aún peor y yo soy el peor de todos: me lo guardo hasta que llegue el momento, como el monstruo de las pelis que sólo aparece, si acaso, al final.