jueves, diciembre 21, 2006

mensaje en una botella


Mis queridas sonrisas:

Permitidme que os hable llano y patee el estilo en esta entrada, que en realidad es un mensaje de auxilio. Me guardo el pudor para deciros que en mi instituto tengo una simpática bibliotecaria que anda pidiéndome ayuda para alimentar nuestras estanterías, un tanto hambrientas, con esos libros que con quince años te tumban de un golpe, los que te hacen trasnochar, ya no entendemos. Yo exprimo y exprimo pero la lista siempre me queda corta. No se trata de decirles a nuestro chicos qué deben leer (hace tiempo que me di cuenta de que hay que provocar el encuentro, mirar de lejos, no preguntar tantas veces "¿qué te ha parecido?"), sino más bien escogerlos, rotularlos, hacerles un hueco casual entre los diccionarios y los manuales de historia y física y química (aunque no lo crean, todavía estudian los bachilleres la tabla de los elementos, esa cábala).
En definitiva, ¿cuáles os dolieron, cuáles os hicieron olvidar los granos y la antipatía de esa morenita que ni te miraba?
Se agrade cualquier aportación a esta colecta.

Agradecimientos densos a todos.

3 comentarios:

NáN dijo...

Narrativa
Barro para mi casa antigua: "On the road" de Kerouac, a la que añadiría, para quien se haya colgado en un porrito algo más cargado, "Los Vagabundos del Dharma", la otra cara imprescindible. Para mí, saber que al mismo tiempo podía ser frenético, lujuriante (que no es lo mismo que lujurioso) y santo, santo, santo es el ojo con que miras y la boca con que respiras, fue un descubrimiento que me marcó (y cierto que me puso en muchos peligros).
No es posible ir a los vagabundos sin haber leído el camino.

Más de hoy, la fuerza joven del londres de los punk y los niños bien, que no eran pijos como los de aquí, sino unos salidos de toda madre, en los libros de Martin Amis, creo que "Rachel" y "Campos de Marte".

Poesía La más moderna es difícil de leer al principio, pero no hay joven o jóvena no mirado o mirada que se resista al "Rayo que no cesa" de Miguel Hernández si, en el momento de dolor, lee lo de "Yo sé que ver y oír a un triste enfada, cuando se viene y va de la alegría...".

Ensayo Aunque tochón, en cuanto empiecen a ver las fotos de las Ronnetes y todo el punk europeo y americano, masculino, femenino y moldavo, ninguno se podrá resistir a Rastros de carmín, la genial obra de Marcus Greily, el escritor de Rolling Stone (revista).
Copio el primer párrafo de, por ejemplo, este link (http://dabolico.blogspot.com/2005/02/rastros-de-carmn-de-greil-marcus.html).
"Rastros de carmín (Anagrama) es un libro acerca de movimientos culturales y artísticos que aparentemente apenas dejan huella, de corrientes e ideologías que no aparecen en los manuales, pero que de repente brotan como un estallido de violencia. Marcus traza una historia alternativa a partir del punk. ¿De dónde procedía el aullido de Johnny Rotten? Para Marcus, el punk fue un movimiento social, una corriente de pensamiento espontáneo y maximalista. Pero el punk no salió de la nada.
El rastreo se remonta hasta los anarquistas místico-lujuriosos y los heréticos milenaristas de laEuropa medieval. El hilo secrto lo conduce hasta el dadaísmo, el cabaret Voltaire de Zurich, la Iternacional Letrista y la Situacionista."


¡¡¡pa mear y no echar gota!!!
Cuidado y no'os kemen el insti, y ke no os pase ná.

Pablo Gutiérrez dijo...

Muchas gracias, todo apuntado.

Manuel dijo...

Tarde, mal y a rastras, pero ahí van:
Existen dos tipos de seres humanos, a saber.
Los que han leído a tiempo El guardián en el centeno y los que no lo han leído o lo han leído tarde (mal y a rastras).
Aparte de eso los 20 poemas de Neruda en mi época eran obligados para ser persona.
Recuerdo imborrable de El misterio de la cripta embrujada de Mendoza: hubo una revuelta en el insti para que el de Lengua lo pusiese en lugar de La verdad sobre el caso Savolta (sin éxito).
Last but not least: no existen palabras para describir el impacto que puede llegar a causar La conjura de los necios en una mente fresca y de horizontes diáfanos.