martes, septiembre 18, 2007

"El mar de olas de zinc y espumas
de cal, nos sitia
con su inmensa desolación.
Todo está igual -al norte,
al este, al oeste, cielo y agua-,
gris y duro,
seco y blanco.

¡Nunca un bostezo
mayor ha abierto de este modo el mundo!

Las horas son de igual medida
que todo el mar y todo el cielo
gris y blanco, seco y duro;
cada una es un mar, y gris y seco,
y un cielo, y duro y blanco.

¡No es posible salir de este castillo
abatido del ánimo!

Hacia cualquiera parte -al oeste,
al sur, al este, al norte-,
un mar de zinc y yeso,
un cielo igual que el mar, de yeso y zinc,
-ingastables tesoros de tristeza-,
sin naciente ni ocaso... "

Diario de un poeta reciencasado

5 comentarios:

Lara dijo...

Bostezo
y tesoro de tristeza


independientemente del zinc.

Este hombre, cómo de desconocido.

Anónimo dijo...

Don Juan Ramón Jiménez. ¿Sabes? Su poesía nunca me estranguló el estómago. Demasiado perfecta quizá, demasiado alejada del suelo de los mortales, demasiado demasiado.

Cómo te atrapa el mar, Pablo. Qué bueno...

Pablo Gutiérrez dijo...

No sé si estrangularme, pero daño si me hacía aquello de:

"El cónsul del Perú me lo dice: “Georgina
Hübner ha muerto…”
¡Has muerto! ¿Por qué?, ¿cómo?, ¿qué día?
¿Cuál oro, al despedirse de mi vida, un ocaso,
iba a rosar la maravilla de tus manos
cruzadas dulcemente, sobre el parado pecho,
como dos lirios malvas de amor y sentimiento?
(…)
Ahora, el barco en que iré, una tarde, a buscarte,
no saldrá de este puerto, ni surcará los mares;
irá por lo infinito, con la proa hacia arriba,
buscando, como un ángel, una celeste isla…
¡Oh Georgina, Georgina!, ¡qué cosas!..., mis libros
los tendrás en el cielo, y le habrás leído
a Dios algunos versos…; tú hollarás el poniente
en que mis pensamientos dramáticos se mueren…:
desde ahí, tú sabrás que esto no vale nada,
que, salvando el amor, lo demás son palabras…
(…)
El cónsul del Perú me lo dice: “Georgina
Hübner ha muerto…”
Has muerto. Estás, sin alma, en Lima,
abriendo rosas blancas debajo de la tierra…
Y si en ninguna parte nuestros brazos se encuentran,
¿qué niño idiota, hijo del odio y del dolor,
hizo el mundo, jugando con pompas de jabón?"

Pero es cierto que era un triste y un miserable, ya se sabe, los poetas.
Espacio, no obstante, es un dardo.

Anónimo dijo...

Pues a mí, Prima, me va clavando como cristalitos perfectos de palabras y me deja exangue. (No necesitamos coincidir en todo).

Y Espacio es lo más.

Anónimo dijo...

ponerle dos puntitos a la "u" y oíréis que suena mejor.