miércoles, septiembre 12, 2007

sin cuartel


"...el mar nos aniquila y nos consume, agota nuestra fantasía y nuestra voluntad. Su infinita monotonía, sus infinitos cambios, su soledad inmensa nos arrastra a la contemplación.
Esas olas verdes, mansas, esas espumas blanquecinas donde se mece nuestra pupila, van como rozando nuestra alma, desgastando nuestra personalidad, hasta hacerla puramente contemplativa, hasta identificarla con la naturaleza.
Queremos comprender al mar, y no le [sic] comprendemos; queremos hallarle una razón, y no se la hallamos.
Es un monstruo, una esfinge incomprensible; muerto es el laboratorio de la vida, inerte es la representación de la constante inquietud. Muchas veces sospechamos si habrá en él escondido algo como una lección; en momentos se figura uno haber descifrado su misterio; en otros, se nos escapa su enseñanza y se pierde en el reflejo de las olas y en el silbido del viento.
Todos, sin saber por qué, suponemos al mar mujer, todos le dotamos de una personalidad instintiva y cambiante, enigmática y pérfida.
En la naturaleza, en los árboles y en las plantas, hay una vaga sombra de justicia y de bondad; en el mar, no: el mar nos sonríe, nos acaricia, nos amenaza, nos aplasta caprichosamente."

Las inquietudes de Shandi Andía
Pío Baroja

7 comentarios:

Lara dijo...

¿Sólo tú y yo sabemos que estás aquí?

¿Hasta cuándo podremos estar escondidos?

Estoy en un ciber, recién llegada de Oporto, con ganas de llegar a casa en un par de días y escribirte largos mails de agradecimiento.

Un beso, P.

(¡¡¡Estoy tan contenta!!!)

Pablo Gutiérrez dijo...

Sólo, y quién sabe si vendrán otros visitantes a remojarse los pies. Mientras tanto, tan feliz de volverte escribir aquí, de nuevo.

Anónimo dijo...

Al So Long le siguió un So Good.

Alba dijo...

Seguro que sólo no.
Y aunque no tienes ni repajolera idea de quién soy, te doy la bienvenida.
Por fín puedo decirte que me he pasado ratos buenos leyendo tu blog observando como la tristeza se encajaba a tus zapatos.
Reiko y Naoko también salen a recibirte.

Anónimo dijo...

Reiko y Naoko... En el dormitorio de aquel asilo tan extraño, mientras nieva (¿nieva?) en el bosque, y Reiko hace música con los dedos, y también Naoko, sin ellos.

Pablo Gutiérrez dijo...

Gracias, Nán, por venir y saludarme. Ya sabes que yo voy con frecuencia a lo tuyo aunque raramente digo nada. Mis modales...

Anónimo dijo...

Los modales de nuestros amigos son siempre exquisitos. Es la amistad, no lo que hacen, lo que los determina.

De verdad que me pone muy contento que vuelvas y que sea todo tan marino.