viernes, noviembre 24, 2006

inquietud

La mayoría me llama por ni nombre.
Pero hay algunos que para que vaya a sus mesas
levantan la mano y dicen: -Maestro.

Y aunque me voy acostumbrando
a tan extraño tratamiento
no consigo contener
un incómodo arrebato mesiánico
cuando sucede.

4 comentarios:

NáN dijo...

Así que... ¡maestro!
Vaya vaya.
Un amigo de mi hijo (bueno, mío), 3 o 4 años más que tú, de Almería, está ahora de maestro por ahí, en lo más tirao de la zona (en la que está). Me contó que lleva un reloj de esos de 500 pelas en un chino y que vio a uno de los niños, como el del primer plano, con el mismo reloj.
¡Llevamos el mismo reloj! Es el más bonito, ¿verdad?... "El más barato", respondió el niño (dice mi amigo que cree que dudando de que aquel memo de profesor le pudiera enseñar algo).
Algo he escrito sobre educación últimamente.

Seguro que te jode: ¡Joder, Pablo, cuántas vacaciones! (pero más nos jode a nosotros, así que: ¡sé feliz!).

Lara dijo...

Risas. Me uno al jodimiento. Pero felicidades.

Pablo Gutiérrez dijo...

Pobres asalariados...
¿Algo has escrito sobre educación?

NáN dijo...

Pequeño comentario en pequeño blog, Maestro, no importar. (Sólo me hizo gracia la coincidencia). Si querer ver, buscar ángeles sobre berlín.

(creo que el estilo-mesías me ha quedao que ni pintao).