Te trataré como a una reina.
Llegaré a tu casa
poco antes de que amanezca
capitaneando una horda
de horcas, tridentes y cuerdas
con las que ahorcar a tus hijos
y observar cómo pendulean.
Liberaremos a tus criados,
nos comeremos tus conservas,
mataremos a los guardias
y destriparemos a la vieja
ama de llaves que pusiste,
cobardemente, a custodiar la alacena.
Luego te sacaremos de la cama,
desordenaremos las antenas
de tu televisor de plasma
y añadiremos tu cabeza
a la cesta de nuestras desventuras.
Te trataré como a una reina
¿no lo dije?
durante la revolución francesa.
lunes, noviembre 13, 2006
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